El fútbol, y el mundo del deporte por extensión, no sólo es un escaparate de estrellas, sino que también es una atalaya desde la que se exhiben muchos valores, se reivindican derechos fundamentales o, también, y aunque parezca un contrasentido, se puede luchar por una sociedad más justa. La Eurocopa, por ejemplo, se ha convertido en un potente altavoz para advertir del peligro que podría acechar a buena parte de la ciudadanía francesa. Y es que en el Estado galo existe preocupación entre gran parte de la población tras la victoria de la ultraderecha de Marine Le Pen en la primera vuelta de las elecciones legislativas. Por este motivo, el jugador del FC Barcelona Jules Kounde, una vez elegido el mejor jugador del partido de los octavos de final entre Francia y Bélgica del pasado lunes, aprovechó la entrevista pospartido para arremeter contra los que votaron a la extrema derecha. “Me decepcionó ver qué dirección toma Francia, con un gran apoyo a un partido que rompe los valores del respeto y la convivencia. Creo que hay que combatir a Rassemblement National (el partido de Le Pen) porque va a recortar libertades y diversidad”. Anteriormente, el considerado por muchos mejor futbolista del mundo Kylian Mbappé ya había llamado a movilizarse en su país. Lo dicho, el fútbol no sólo consiste en meter la pelotita.