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Mesa de Redacción

Ana Úrsula Soto

Fiestas libres (otra vez)

Fiestas libres (otra vez)N.G.

Inmersos ya en el verano, con el calendario repleto de fiestas, festivales y demás eventos propios de la época estival, las costumbres se relajan y el cuerpo reclama más tiempo para disfrutar de estos largos días en los que la noche perezosa tarda en hacerse plena y el amanecer, en cambio, llega demasiado pronto. Días de jarana y cachondeo en los que toca reivindicar la calle y la libertad. Libertad para salir sin miedo, libertad para vestir sin miradas de reproche, libertad para deambular de noche sin sombras amenazantes, libertad para disfrutar sin prejuicios, libertad para amar a quien se quiera, libertad para decir que no, libertad para vivir plenamente. Fiestas libres, una vez más. Un titular que se repite año tras año como también lo hacen las campañas institucionales que tratan de prevenir los abusos y las agresiones sexistas en las fiestas. Y a pesar de ello, ahí están los datos. El año pasado se contabilizó una denuncia cada dos días durante el verano. Así toma protagonismo el mayor enemigo de la libertad: ¿cómo vivir las fiestas sin miedo?, ¿cómo decirles a nuestras hijas, sobrinas, primas, hermanas que disfruten cuando la coletilla final siempre es la misma?, ¿cómo reivindicar la igualdad cuando con esos hijos, sobrinos, primos, hermanos ni siquiera nos planteamos la posibilidad de soltarles esa habitual despedida: ¡Ten cuidado!