Entre las decenas de estudios o que se nos dan a conocer continuamente, muchos de los cuales parecen más un truco propagandístico o una ocurrencia sin verdadera finalidad, se ha colado este mes uno que parece realmente útil. Es un trabajo humilde, elaborado con una muestra de 38 individuos, que trata de ayudar a descubrir por qué motivo llora un bebé. Los sanitarios del Hospital Clínic de Barcelona que han desarrollado el trabajo quizás no ayuden a las mujeres de antes, que tenían muchos hijos, pero sí a las de ahora, con una experiencia mucho más corta a la hora de entender qué le pasa a un recién nacido cuando se pone a berrear. Los pediatras del estudio recuerdan que los recién nacidos sanos pueden llegar a llorar entre hora y media y tres al día y que su forma de hacerlo puede indicar hambre, sueño, inquietud, gases y estrés. El trabajo describe cada tipo de llanto, de modo que las madres y los padres pueden entender mejor lo que le pasa al pequeño, un gran adelanto en muchos hogares, aunque también es verdad que la intuición que se despierta con los hijos da a entender lo que les puede pasar. Lo extraño de este estudio es que no se le haya ocurrido a nadie antes. O quizás sí y algunas nos hemos enterado ahora.