No hemos salido en la foto de portada ni tampoco en el amplio despliegue de páginas que llevamos sobre el sorteo de la Lotería de Navidad, tampoco se ha hecho eco de nuestra suerte ningún otro medio de comunicación porque somos muy discretos pero yo lo voy a contar aquí. Todos los años desde que se fundó este periódico, en el año 2005, jugamos un decimito por cabeza a la Lotería de Navidad. 20 euros. No es obligatorio pero casi todos jugamos. Se crea cierta hermandad. Hemos jugado en 2005. En 2006. En 2007. En 2008. En 2009. En 2010. En 2011. En 2012. En 2013. En 2014. En 2015. En 2016. En 2017. En 2018. En 2019. En 2020. En 2021. En 2022. Y, por supuesto, en 2023. A mí este año me lo trajo mi compañera Iasone, de otra forma es posible que me hubiera quedado sin él, porque siempre se me olvida pillarlo. De hecho, ahora mismo no sé dónde lo guardé, aunque sé que está en algún sitio. Tengo tres meses para encontrarlo. Porque a lo que iba es que sí, que ayer trabajamos con muy buen humor y hubo bastante celebración, me cuentan que durante el sorteo alguien incluso soltó un grito de emoción con lagrimilla al enterarse y, pese a todo, hemos permanecido al pie del cañón. Venga, lo digo ya... después de 19 años jugando, sin que nunca nos hubiera tocado nada, ayer por primera vez nos tocó el reintegro. 20 eurillos. Pero qué ilusión más tonta, oiga.