El PNV y el PSE dieron el viernes el primer paso para reeditar el gobierno foral de la Diputación. A la espera del acuerdo que concrete el reparto de funciones en el ejecutivo que presidirá Eider Mendoza, la alianza entre jeltzales y socialistas ha acordado el nombramiento de Xabier Ezeizabarrena como presidente de las Juntas Generales y la composición plural de la Mesa, ya que estarán representados todos los partidos con asiento en la cámara territorial. La principal novedad de esta legislatura, que es lo que la distinguirá de las dos anteriores, reside en la nueva relación de fuerzas entre los partidos que sostendrán al ejecutivo foral y la oposición. A diferencia de lo ocurrido en los dos últimos mandatos, PNV y PSE no tienen mayoría absoluta, lo que les obligará al siempre complicado arte de la negociación si quieren sacar adelante sus políticas. Este nuevo escenario insuflará a la actividad de las Juntas Generales, el órgano institucional más desconocido para la mayoría de la ciudadanía, de un renovado interés político e informativo. El arranque es prometedor, con los portavoces de EH Bildu forzando la interpretación de los primeros movimientos que se han producido para constituir las Juntas Generales y sus órganos rectores con el fin de establecer la idea de que el PNV y el PSE forman un “tripartito” con el PP, la “extrema derecha” ante la que EH Bildu se postula como la “protección antifascista”. Las generales están a la vuelta de la esquina.