Hay una opción de la que pocos hablan y que ya ha sucedido. La izquierda a la izquierda del PSOE (denominación que merece una tesis) se tomó el 28-M como si fuera un amistoso de verano. Ocurre, sin embargo, que en un bolo estival no se pierden gobiernos a espuertas. Aquel domingo, que se planteó como primera vuelta de las generales de diciembre, en efecto lo fue y ya no tienen tiempo ni para repartir culpas, para lo que necesitarían 200 años. Faltan 41 días y lejos de cualquier propósito de enmienda, las izquierdas se sacan los higadillos como quien va a perder. Núñez Feijóo se frota las manos: más que con La Moncloa, sueña con ganar como Juanma Moreno en Andalucía. Tanto machaca la izquierda con ese PP y Vox o nosotros (¿ya moviliza ese mensaje?), que puede beneficiar al PP: puede recibir un voto extra para que no dependa (tanto) de Vox. Le pasó a Moreno en 2022 cuando Vox se veía en el Gobierno: incluso llegó a la absoluta. En 1996, el PP gobernó con 156 diputados y en 2016, con 137. Los socialistas han gobernado con 123 y 120 (más Unidas Podemos, 33 y 26). Números fríos en plena batalla entre el o PP y Vox o nosotros y el adiós al sanchismo. Sin prometer qué país desean en 2027 y cómo lo harán realidad, que es de lo que han de ir unas elecciones. Estas y las que vendrán.