La próxima fiesta de la democracia nos va a pillar precisamente de fiesta (de vacatas quien tenga presupuesto para largarse) y anda la gente estos días estudiándose el temario de cómo escaquearse si le toca mesa electoral. Lo de convertirse en el rey del escaqueo equivale a aprenderse el temario preparando la chuleta del examen en los tiempos de estudiante. De momento, han dicho que los previsores que tenían el viaje pagado en mayo se libran del mal fario. Se premia así a la gente con pasta que se larga lejos (los viajes que se organizan primero) y se castiga a quienes tienen que tirar de carretera y manta para llevar a toda la familia a un rinconcito low cost o se ve obligado a recurrir a familia y amigos, incapaz de estirar más el sueldo, devorado por la inflación y los malditos imprevistos. La fiesta de la democracia se antoja más puñetera si consigues largarte unos días de vacaciones y te toca volver para formar parte de la mesa electoral. Que igual convendría abrir desde ya una bolsa de mesas electorales para que el que vaya a estar en esa fecha en Salou, Jaca o Benidorm pueda entrar en el sorteo local y, así, si te toca ser presi, vocal o sustituto (ese cargo lleno de dudas) cumples con la obligación y después te das un chapuzón en la piscina, en lugar de comerte mil kilómetros o más de carretera. Vamos, digo yo.