La bola Vinícius se ha puesto en marcha y es difícil saber dónde terminará. Desde luego, espero que por acabar también con comportamientos como el suyo sobre el césped. Lo digo para aquellos que ahora adoptan al atacante madridista como modelo. Lo he dicho más veces, cada uno elige a sus héroes. Lo de las gradas ya hace tiempo que yo lo vengo advirtiendo. No es aceptable el grado de insultos de toda índole que se sueltan en los campos de fútbol. Sencillamente, porque nuestros hijos van al fútbol, y están naturalizando un lenguaje y un comportamiento preocupantes. No sé si somos un país racista u homófobo; es decir, si el grado de comportamientos racistas y homófobos avala esa tesis. Lo que sí tengo claro es que me gustan 0,0 los amigos de poner etiquetas con tanta alegría. Quizá aprendamos a palos. Desde luego, si Mestalla va a ser la vara de medir, esto se va a poner interesante. Pero tampoco puede ser que las cámaras apunten al público y obvien insultos de los propios futbolistas. Por mi parte, yo haré lo mío: intentar transmitir respeto hacia rivales, propios y jueces, lo cual no quiere decir que no se proteste, ni se increpe. Quizá algún día logremos convertir el fútbol en un deporte más noble, como el balonmano o el rugby. Y con menos dinamiteros sobre el verde. Sean del color que sean.