Como me hago mayor, empiezo a repetirme y pierdo gracia. Aunque tampoco está claro que la tuviese algún día. El caso es que el móvil, ese elemento que marca nuestro día a día, y al que sobamos más que a nuestras parejas, el otro día se me dirigió en inglés, así de sopetón, preguntando si quería ayuda para hacer mis deberes de matemáticas. Era la herramienta de Inteligencia Artificial de WhastApp, META AI; que no sabía que existía. Alucinado, porque yo no hacía los deberes nunca, y menos en el instituto, le solicité una operación sencilla: 3+2. “La respuesta es 5. ¿Necesitas ayuda con algo más?”, me respondió el bicho. Lo suyo habría sido soltarle la muletilla: Por el culo te le hinco, pero me contuve, porque de repente pensé que flaco favor le haríamos a la humanidad, si le enseñamos todo y tan rápido a las máquinas. Pero siento cierta curiosidad por saber qué habría respondido la IA. Si un “perdona, no te he entendido”; o si realmente habría captado tanta sutileza. Por cierto, desde aquí, quiero pedir perdón a mi profesora de matemáticas del instituto. Yo sé que ella valoró el esfuerzo del último curso de bachillerato, cuando yo y otro elemento que tengo por amigo comenzamos por fin a hacerle caso, y dejar de ningunearla. Pero el curso que le di un año antes, no se lo deseo ni a mi peor enemigo.