Twitter, ente amorfo que no es más que lo que Elon Musk quiere que sea, ha decidido que la orca Lolita debe ser puesta en libertad. Y lo ha conseguido tras un acuerdo “histórico”, valora la alcaldesa de Miami Dade, Daniella Levine Cava. Han sido décadas de cautiverio en un acuario, Miamiseaquarium, que fue de lo mejorcito décadas atrás, pero se ha quedado obsoleto con los años. Los activistas contra el maltrato animal arrancaron su campaña hace tiempo, con demandas ante el tribunal federal de Miami, para poner fin a un cautiverio que comenzó en 1970. La orca, animal cuya esperanza de vida oscila entre los 50 y los 80 años, deberá afrontar ahora una nueva vida. Un filántropo, dueño de los Indianapolis Colts, financiará el traslado, que costará entre 15 y 20 millones de dólares, a una jaula de redes en el Pacífico Norte, cerca de Canadá. Allá vivirá dentro de uno o dos años junto a los dos delfines con los que comparte acuario y varios entrenadores. Los que tienen por misión ayudarle a sobrevivir. La orca, a sus más de 70 años, no sabe pescar. Twitter ya ha satisfecho su ego, pese al criterio contrario de veterinarios y expertos que conocen el caso, que no ven capaz al animal de adaptarse a su edad a los cambios. Lo que pase después con ella será cosa suya.