Ana Obregón siempre ha tenido un don. Atrae. Para bien o para mal, las cámaras, los focos y los teclados orbitan alrededor de ella. Actriz y celebrity adelantada a su tiempo, siempre ha conseguido estar en boga de alguna manera. Y ayer, a sus 68 años, nos puso tema de conversación a todos con su decisión de recurrir a la gestación subrogada en EEUU. Una práctica no permitida en el Estado español. Un vientre de alquiler, con contrato de por medio, le ha traído una niña preciosa. La gestó otra mujer a cambio de dinero y con material genético de vaya usted a saber quién, porque a su edad lo normal es que los óvulos sean cosa del pasado. Y vuelve a ser mamá. Prácticamente tres años después de que su hijo Álex falleciese víctima de un cáncer a los 27 años. La historia, un bombazo, luce en la portada de una revista de las que paga a sus protagonistas, con madre e hija saliendo de un hospital de Miami. Es lo que tienen los partos de otras, que los puntos propios cierran rápido. Yo no sé qué pienso de la gestación subrogada. Demasiado complejo y repleto de aristas. ¿Explota a mujeres con necesidades económicas? Tampoco sé si la buena de Ana es demasiado vieja para ser amatxo y cuidar de la niña, que por otro lado ha caído de pie en un hogar con posibles. En todo caso, ¡felicidades, Ana!