Por desgracia, en el mundo del deporte nos damos de bruces asiduamente con situaciones desagradables, e incluso deleznables; desde insultos y faltas de respeto hasta agresiones. Todo, por supuesto, repudiable. Sin ir más lejos, en la Primera División de fútbol hemos asistido recientemente a expresiones racistas y xenófobas que aún no hemos conseguido erradicar, un preocupante problema que se ha convertido en una de las asignaturas pendientes más importantes de nuestra sociedad. Pero también es justo resaltar que el deporte puede servir de soporte de muchas reivindicaciones y de medio para dar visibilidad a numerosas causas que se deberían de normalizar de una vez por todas. Es el caso que han protagonizado dos deportistas de diferente ámbito. Campbell Johnstone, exjugador del Biarritz Olympique, se ha erigido en el primer All Black (jugador de la selección de Nueva Zelanda) que ha hecho pública su homosexualidad. Y esta misma semana ha seguido sus pasos el jugador checo del Getafe Jakub Jankto, cedido en el Sparta de Praga, convirtiéndose así en el primer futbolista de la Liga en hacerlo, y que ha recibido el aplauso de su exmujer, entre los muchos mensajes de ánimo que le han llegado a través de las redes sociales. El deporte, por tanto, también es un reconocido y valioso escaparate.
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