Durante mucho tiempo ha prevalecido una pax romana con respecto a Osakidetza. Desde intelectuales orgánicos que defendían lo indefendible bajo el argumento de que su médico de cabecera les atendía con exquisita profesionalidad hasta el ciudadano medio embelesado por el espejismo del oasis vasco, alimentado por la espiral del silencio que se sustenta en aquello de “Pasen, pasen, que aquí no hay nada que ver”. En el enésimo episodio de Las historias que solo ocurren en el Madrid de Ayuso y nunca en el País de los Vascos, los servicios médicos de la OSI de Donostialdea se han alzado en armas, según la consejera de Sanidad, Gotzone Sagardui, debido a una mera “concatenación de hechos”. Supongo que la acuciante falta de profesionales en la Atención Primaria responde también a dicho factor... metereológico. ¿Que ha aumentado la mortalidad debido a un retraso en los diagnósticos? Una concatenación de hechos. ¿Que le dan cita para dentro de meses y que debe pagar por lo privado? Una concatenación de hechos. ¿Que la ONU ha denunciado un caso de violencia obstétrica en el Hospital Donostia? Se lo digo yo: una concatenación de hechos. El sofismo como argumento que lo soporta todo y, mientras tanto, los médicos preparándose para la guerra. ¿Y los usuarios? En lista de espera.