La ignorancia y el miedo a lo diferente es tan peligroso como una persona armada. Incluso, a veces, es el paso previo. E igual de peligroso y de indecente es cocer, hervir y presentar en la mesa mensajes que fomenten ese miedo. El miedo es muy humano. Todas lo sentimos en algún momento. El miedo no es de un solo tipo, ni se explica por un mismo motivo. Hay miedos que se heredan, otros que se olvidan. Pero también hay miedos que se aprenden, que se compran porque a algunos/as les interesa venderlos. El miedo a lo diferente como amenaza ante una estabilidad que se sustenta en mensajes que son arengas, se provoca fácil y es cobarde, mucho. Uno de esos miedos que desde algunos frentes se quiere provocar, y se lo curran de verdad, es el que nos enfrenta “a los de aquí con los de allí”, sin pensar que el allí y el aquí cambian según dónde se esté. Pero es que, además, el cinismo del mensaje de quienes a golpe de insulto acusan a quienes llegan de otros países en busca de un trabajo, o huyendo de miedos que sí son constatables, es tal que nunca, pero nunca, se acuerdan, por ejemplo, de que si la curva demográfica no se precipita más de lo que está es porque seguimos recibiendo a unas personas cuyos hijo s e hijas igual les pagan sus pensiones. ¿Quién dijo miedo?