Tampoco disimulemos. El Govern se lo ha puesto a huevo a los amanuenses diestros con ese bote para pagar las multas pasadas, presentes y futuras del 'procés'. "El Govern robó y ahora pagan los contribuyentes", clama el editorialista de El Mundo en una pieza que repite en bucle la idea: "La vuelta de tuerca que ha dado el Govern, erigido en abogado y prestamista de los delincuentes, para exonerarles de sus multas consiste en servirse del dinero de los contribuyentes, a los que ya robó anteriormente, que han pagado de su bolsillo las irregularidades en la gestión de la acción exterior del independentismo. Se trata de un doble quebranto de las arcas públicas: un doble ejercicio de corrupción".

El español de Pedro Jota evita el verbo en el encabezado de su editorial: "La Generalidad intenta que el procés lo paguen sus víctimas", titula. Y luego continúa: "El independentismo, en fin, hará todo lo que esté en sus manos para forzar la interpretación de las leyes y evitar así que los líderes del procés paguen con sus bienes su desafío al Estado de derecho. Es decir, para que sean los ciudadanos españoles los que paguen su paseo por los márgenes de la democracia".

En ABC, más de lo mismo y casi igual, aunque eleva a "Impuesto revolucionario" la maniobra de Aragonés: "Esta es la segunda parte del intento secesionista: conmutadas sus condenas, les toca reírse de todos los catalanes cobrándoles un impuesto revolucionario que financie su impunidad para que, además, puedan seguir delinquiendo en el futuro sin asumir ninguna responsabilidad. Ni penal ni económica. Es la nueva doctrina jurídica imperante en España: unos delinquen, todos pagamos, y el Gobierno de Pedro Sánchez «no entra a juzgar»".

También en La Razón hay crujir de dientes, aunque el editorialista no acaba de afinar el tiro en una pieza titulada "Aragonès coquetea con la prevaricación". Bastante menos sutil, Juan Ramón Lucas dispara a puerta desde su columna, que termina con un giro inesperado: "Porque fueron a la cárcel por creer que el Estado, del que nunca entendieron que forman parte, no reaccionaría ante el delito, porque se creían impunes. Ahora, que conocen las consecuencias, vuelven a actuar creyéndose ya intocables. Se mofan de Sánchez, en su cara y a la vista de todo el país. Le niegan la mayor, la menor y la mediopensionista. Le ponen en la mesa lo imposible, y no reacciona. Si no les para, lo terminarán enterrando".

Con todo, para final original, el de la descarga del gran enmarronado de la Kitchen Jorge Fernández Díaz. Empieza mesándose la calva con lo del fondo de reptiles del Govern y termina así. "Tenemos barra libre para todo lo que signifique ofender los sentimientos de millones de españoles, incluido Ortuzar, que desea el triunfo de Inglaterra en la Eurocopa, ya que no puede ser Escocia. El bloque político de Sánchez para su moción de censura, a tope con Inglaterra".

¿Se puede superar el desbarre? Miquel Giménez lo intenta desde Vózpuli, donde desarrolla la teoría de que el ministro Iceta será nombrado vicepresidente y a partir de ahí pasarán cosas increíbles: "Apunten el dato: en Andalucía crecerá de repente un sentimiento independentista aliado con comunistas y sociatas. Todos contra el fascismo, gritarán. Y también pedirán su referéndum, como Galicia, Asturias, Baleares o Valencia. Al tiempo. Porque nuestra legislación está tan mal hecha que existen miles de resquicios por los que colar las mayores barbaridades. Anticipo un otoño terrible, como no se ha conocido hasta ahora. Si ayer los falsos izquierdistas gritaban por las calles borrachos de odio que Ayuso estaba en su lista no quieran ustedes conocer la de Iceta".

Como distopía, no esta mal. A ver qué les parece esta de Jesus Laínz en Libertad Digital. Él también sabe qué acontecimientos terribles se van a producir en los próximos meses: "Tras la voladura del Estado de derecho, la izquierda pisa el acelerador hacia su triunfo final, en colaboración con sus tradicionales aliados separatistas, mediante lo que llaman segunda transición, consistente en el derribo de la Monarquía, la liquidación de la soberanía nacional a través de un referéndum en Cataluña y la conversión de España en un Estado plurinacional, paso previo a su fragmentación definitiva. Y para camuflar todo esto y retener a aquéllos de los suyos cuya fidelidad pudiera flaquear, el gobierno desatará en los próximos meses una nueva oleada de envenenamiento antifranquista".

Cada cual, ya ven, con sus obsesiones. La que contamina los sueños de Salvador Sostres es alguien que abandonó la política activa hace ya dos meses: "Iglesias humillado es la mejor victoria de la democracia. Iglesias haciendo el mono por internet y diciendo no más que bobadas es el fascismo otra vez derrotado por la libertad, la miseria esquivada por el mercado y las cadenas rotas de la muerte, porque Pablo Iglesias y los suyos, en cualquier época de la Historia, y hasta en el rincón más recóndito del mundo, nos han perseguido hasta matarnos; y cuando no lo han conseguido no es porque hayan dejado de intentarlo". Síndrome de abstinencia se le llama a eso.