- Luis Mari Pérez es uno de los conductores de ambulancias más conocidos de Gipuzkoa, por todos los años que ha pasado trabajando y por su carácter alegre y dicharachero. ¡Cuántas personas enfermas han subido cariacontecidas a su ambulancia y han bajado un poco más animadas gracias a sus comentarios! Pérez se jubiló el 30 de abril, tras casi 40 años al volante.

Encontró su vocación tras quedarse en el paro. Se iba a abrir el hospital de Zumarraga y un amigo le comentó que se necesitarían conductores de ambulancia. Desde entonces, ha completado varios millones de kilómetros al volante.

Tanto le gusta su oficio, que ha transmitido su pasión a sus hijos y estos también trabajan en ambulancias: su hijo es conductor como él y su hija sanitaria.

Comenta que lo mejor de la ambulancia es la oportunidad de conocer a mucha gente. "He conocido gente buena y gente no tan buena, de todos los oficios. Cuando las cosas salen bien te quedas muy satisfecho. Otras veces, lo haces lo mejor posible, pero las cosas no salen bien. Lo peor es tener que llevar a un niño pequeño que está mal. Si el niño no sale adelante, ¿cómo se lo dices a la familia? Para eso, no hay fórmulas".

Ha vivido miles de anécdotas. "Recuerdo con mucho cariño a un matrimonio de Legazpi. Él tenía 92 años y ella 89. Me llamaron del hospital de Zumarraga, para que les llevara a Legazpi. Primero les ayudé con los papeles. Cuando ya estábamos en Legazpi, me dijeron que tenían unas recetas. La farmacia de guardia estaba en Urretxu. Volvimos a Urretxu. Un viaje de 10 minutos, nos llevó hora y media. En agradecimiento, el hombre me quiso dar un eurico para un café. Los hijos me enviaron unos pasteles y hoy es el día en el que todavía nos saludamos".

Tiene claro que un conductor de ambulancias debe ser amable y tiene que saber animar a los enfermos. "Sacar una sonrisa a alguien que ha entrado llorando es muy gratificante". Ha habido gente que ante un traslado largo en ambulancia ha pedido que les lleve Luis Mari. "Conducir bien es muy importante, pues si lo haces mal puedes provocar mareos, pero el trato humano es también muy importante. Hay que saber cómo llevar a la gente, en todos los sentidos".

No echa de menos las ambulancias, pues sigue al volante: desde hace muchos años colabora con las carreras ciclistas, llevando a los jueces. Esta semana estará en la Itzulia femenina. Además, el nieto le ocupa muchas horas. "Dice que de mayor quiere ser conductor de ambulancias o bombero y en carnavales se disfrazó de conductor de ambulancias". l