rgi es un border collie de solo un año que se ha hecho popular en Zumarraga porque le encanta salir a la ventana a fisgonear y jugar con todos aquellos que le saludan. Todos los que pasan por el número 2 de la calle Urdaneta desvían la mirada al 1ºC, para ver si Argi está en la ventana y saludarle.

La dueña de Argi es la cubana Grétel Fernández. Tiene 32 años y lleva cinco en Zumarraga. Trabajó en el bar Zona Zero de Urretxu y en la actualidad trabaja en la cafetería Kakueta de Zumarraga.

En Cuba siempre tuvo perros. “Argi es el primero que tengo desde que estoy aquí. Cuando trabajaba en el Zona Zero, una clienta venía con un perro blanco y negro y le pregunté por él. Era un border collie y me habló muy bien de él. Así, tuve claro que cuando cogiera uno sería de esa raza”.

No se ha arrepentido. “Lo trajimos con dos meses. Era muy bonito. He tenido perros durante toda mi vida, pero este es especial. Lo tiene todo: es receptivo, vigilante, obediente, cariñoso, dócil, sociable con las personas y con los animales... Mi pareja tiene un niño y es muy cariñoso con él. Necesita hacer ejercicio todos los días y le encanta acompañarme y hacer de guía”.

Además de todo lo mencionado, le encanta salir a la ventana a cotillear. “Empezamos a sacarle a la ventana para que saludara a los de casa. Al principio le daba miedo, pero se acostumbró y ahora pasa horas en la ventana contemplando lo que pasa en la calle. La ventana es mi guardería: cuando tengo que limpiar la casa, lo saco a la ventana y me deja trabajar tranquila”.

Ella encantada... y él también. “Todos se paran a decirle algo. Cuando le saludan, mueve el rabo y corre a coger algún juguete: lo tira abajo para que se lo devuelvan. Todo el mundo le conoce por el perro de la ventana y algunos me han llegado a decir ayer pasé por debajo de tu casa y Argi no estaba en la ventana. Y cuando voy a la pajarería de enfrente de casa sin él, me preguntan dónde he dejado al cotilla”.