- La cooperativa Farapi ha realizado un estudio sobre la vejez y la soledad en Urretxu, tomando como base el padrón municipal e incorporando la perspectiva de género.

Farapi ha completado este trabajo por encargo del Ayuntamiento. "La población de Euskal Herria está envejeciendo y existe una preocupación cada vez mayor. Debido a los cambios que se han producido en nuestra sociedad, cada vez son más las personas mayores que viven solas. Unido a ello, el modelo de las residencias de mayores es caro y los mayores prefieren vivir en casa", ha comentado June Aretxalde, de Farapi.

Tomando todo eso como base, Farapi ha realizado una fotografía de la soledad. "El Ayuntamiento quería que utilizáramos el padrón municipal y es lo que hemos hecho. Gracias a esta herramienta, hemos podido conocer la edad de las personas que viven solas y también dónde residen".

Según el estudio, en el año 2018 eran 577 las personas que vivían solas: el 8,5% de la población y el 37% de los mayores de 65 años. Más de la mitad de los vecinos que viven solos tienen menos de 80 años, mientras que casi la mitad de los mayores de 80 años viven solos. En 2018, 190 personas de entre 80 y 89 personas vivían solas y 77 de más de 90 años.

En cuanto al género, más de dos tercios de las personas que viven solas son mujeres. En cuanto se avanza en la edad, este porcentaje va subiendo.

En lo que respecta al lugar de residencia, el 87,7% de los urretxuarras que viven solos residen en el centro. Solo el 12,3% reside en Aparicio, Basagasti, Lilibaso, Sorgintzulo, Elizalde, Gurutze, Mundo Mejor, Santa Bárbara o los barrios rurales.

Los motivos por los que estas personas viven solas son varios. Uno de los principales es la viudedad. "Las mujeres tienen mayor esperanza de vida, por lo que hay más viudas que viudos. Por ello, se suele decir que la soledad tiene rostro de mujer. De todos modos, en el interior de Gipuzkoa también es reseñable el número de hombres solteros. Cuando sus padres mueren, pasan a vivir solos y necesitan ayuda en las labores del hogar y en el cuidado personal. Además, muchos suelen tener dificultades para socializar". Aretxalde destaca también que muchas mujeres que viven solas tienen dificultades para llegar a fin de mes.

Recuerda que ayudar a las personas que viven solas es un reto de toda la sociedad y que en algunas ciudades se han puesto en marcha proyectos en los que los vecinos se preocupan de los mayores que viven solos.