"Queremos que el cliente dé el último toque a nuestros platos"

Quizá nunca se ha conjugado tanto como ahora el verbo reinventarse, pero lo cierto es que cobra más sentido que nunca. Tal y como explica Javi Rivero, no quisieron precipitarse y dedicaron los primeros días del confinamiento a la reflexión. "Cuando vimos que la gente ya estaba harta de hornear pan en casa, vimos que podíamos empezar a hacer algo. Hemos decidido lanzar el proyecto este fin de semana coincidiendo con el día del trabajador y el día de la madre", reconoce el billabonatarra.

Tenían claro que no querían ofrecer comida a domicilio al uso, porque los platos pierden calidad y, además, querían aportar un valor añadido. "Nosotros preparamos todos los componentes del plato bajo estrictas medidas de seguridad y se los enviamos al cliente en bolsas compostables y ecológicas para que en cinco minutos monte el plato en su cocina. De esta forma, le estamos enviando en una caja una experiencia gastronómica y la sensación es la de estar abriendo una caja de bombones", cuenta el cocinero.

Las primeras pruebas que han realizado han sido muy positivas: "Los que han probado el servicio nos han dicho que el plato "les ha quedado buenísimo". Para nosotros no hay nada mejor, es lo que queríamos conseguir: hemos conectado".

La crisis del COVID-19 les ha pillado a los propietarios de Ama Taberna en plena transición hacia su nuevo proyecto hostelero: el restaurante Magala (antiguo Orue). Si se puede sacar algo positivo de todo esto, las obras del nuevo local estaban sin empezar todavía y han tenido tiempo de adaptar el proyecto a las nuevas circunstancias. "El local de al lado no lo vamos a utilizar por ahora. Vamos a ir hacia un proyecto más modesto, porque creemos que la crisis afectará a la capacidad adquisitiva de la gente", concluye Javi Rivero.