El puente de Astiñene ha recibido en la mañana de este viernes la última pieza que le faltaba para completar su estructura. Una grúa ha posado la viga central del lado de aguas abajo, junto a la de aguas arriba, que fue instalada el pasado 5 abril.

Con las dos vigas centrales ya instaladas, así como con las de ambas márgenes, la estructura de la nueva pasarela se debe soldar correctamente y disponerse para acoger la última fase de trabajos.

En concreto, al puente que une Egia y Loiola le falta ahora colocar el asfalto, con un carril para cada sentido, bidegorri y aceras. Las previsiones del Ayuntamiento se centraban hasta fechas recientes en que se pudiera abrir al tráfico de vehículos y peatones en julio, pero finalmente se retrasará de nuevo y no será hasta mediados de septiembre, como aprobará la próxima Junta de Gobierno. Después, se podrá derribar la vieja pasarela.

La colocación de la estructura de esta pasarela comenzó en diciembre en el lado de Egia y siguió en febrero en el de Riberas de Loiola.

La construcción del nuevo puente de Astiñene comenzó hace tres años, con un plazo inicial de 15 meses de ejecución y un precio de 3,2 millones de euros. Sin embargo, distintos contratiempos y paralizaciones han alargado el periodo de obras.

El nuevo Astiñene no tendrá pilares dentro del agua y destaca por su trazado algo curvo, según el diseño del equipo Ingzero, que se redactó cuatro años antes del inicio de las obras.