El Kursaal de Donostia recuperó fuerza a lo largo del pasado año con la celebración de 265 encuentros y otros 155 en el Palacio de Miramar, que forma parte de la misma sociedad desde 2020. El número de actos del Kursaal creció un 74% respecto al ejercicio anterior.

130 fueron reuniones y 135 conciertos, incluidos 32 de Kursaal Eszena, una actividad que tuvo que tener lugar en medio de fuertes restricciones de aforo por la pandemia.

El balance de la actividad del pasado ejercicio destaca por su "curva ascendente", que se tradujo en un volumen de negocio de 2,7 millones de euros, un 69% más que el año anterior, aunque un 37% menos que antes de la llegada del covid, un año en el que el Kursaal alcanzó máximos de actividad. A pesar de ello, la sociedad no tuvo que recurrir a financiación externa de las instituciones que la conforman, la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Donostia.

El alcalde, Eneko Goia, destacó la "magnífica gestión" de la sociedad en "unos momentos complicadísimos" y añadió que la entidad es una de las que "más ha sufrido" entre las que cuenta con presencia municipal y foral.

El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, por su parte, también subrayó la "gestión redonda" de la entidad de congresos y espectáculos así como el impacto positivo de las actividades que acogen el Kursaal y el Palacio de Miramar en la economía de Gipuzkoa, que fue de 18 millones de euros a lo largo del pasado ejercicio.

RENOVACIÓN DE MIRAMAR

Para seguir reforzando la actividad y atraer más eventos al Kursaal y al Palacio de Miramar, la sociedad ha aprobado para este año un presupuesto de inversiones de dos millones de euros, que incluye los trabajos de diseño arquitectónico para mejorar las prestaciones del palacete situado junto al Pico del Loro, manteniendo su carácter histórico y patrimonial y permitiendo que acoja la mayor cantidad posible de actos.

En concreto, según explicó el director del Kursaal, Iker Goikoetxea, a lo largo de ese año se redactará el proyecto básico para el conjunto de la intervención, así como el proyecto de ejecución de la primera fase de remodelación del Palacio Miramar.

Esta primera fase conllevará la renovación de los espacios del sótano y la planta noble a ras de calle que, junto con los de la primera, acogerán en el futuro los congresos y otras reuniones.

Las sedes de los Cursos de Verano, Eusko Ikasuntza y entidades como GIT Manufacturing se ubicarán en la segunda planta y bajo cubierta.

La renovación afectará a los cuatro edificios del Palacio de Miramar y comenzará por el sanemiento de humedades que afectan algunas zonas. En principio, las obras, que no comenzarán este año, no afectarán a la actividad congresuaual.

Pero la inversión aprobada para este año también se destinará a actuaciones en el Kursaal. Entre ellas, la sustitución de seis filas de butacas del auditorio -las que retiran para que actúe una orquesta y para el acceso a minusválidos-, que están en peor estado.

Además, se renovará el sistema de sonido del mismo espacio, se instalarán placas solares y se renovarán las cocinas del restaurante.