Larrun école basco-française es el nombre que recibe el colegio en referencia a sus dos lenguas vehiculares y la montaña del mítico tren cremallera que vigila la Eurorregión entre la CAV, Navarra y Nueva Aquitania. Toda una declaración de intenciones. Este centro donostiarra inaugurado oficialmente ayer por el lehendakari, Iñigo Urkullu, comenzó su andadura en pleno año pandémico (septiembre de 2020) con alumnos de 2 y 3 años de Educación Infantil y en este curso acogen ya 75 niñas y niños hasta los 4 años de edad, provenientes de familias de Donostialdea y Bidasoa.

"Es un proyecto pionero e innovador, que desarrolla un proyecto pedagógico orientado a la realidad global que vivimos", ha señalado Urkullu sobre este centro nacido en la época de las mascarillas, gel y grupos burbujas, razón por la que su inauguración no se ha hecho efectiva hasta ahora. Un liceo vasco-francés que, como destacó el lehendakari, nace con un visión acorde "al espíritu y a los ideales de la Eurorregión", como la apuesta por la formación de la juventud en un marco abierto, multicultural y multibilingüe, con un carácter europeo y europeísta.

Ese acento transfronterizo se podía comprobar in situ esta mañana cuando, además de Urkullu, el consejero vasco de Educación, Jokin Bildarratz; y el alcalde de Donostia, Eneko Goia; al acto han asistido también el presidente de la Región Nueva Aquitania, Alain Rousset; la directora de la Eurorregión, Arola Urdangarin; y el presidente de la asociación Échanges Pays Basque, Pierre Olhagaray, entre otras autoridades.

Este colegio donostiarra ofrece un modelo educativo en euskera y francés de modo que el alumnado sea competente en ambos idiomas, así como en castellano. Entre el equipo docente, el alumnado cuenta con un referente en francés y otro en euskera, y ambos idiomas se alternan en el día a día de las niños y niños del liceo. Es bilingüe en Educación Infantil y, a partir de Primaria, se convierte en trilingüe con el castellano.