Los Ayuntamientos de Donostia y Pasaia se unieron este miércoles para rendir un homenaje a los siete trabajadores fallecidos, en el transcurso de una marcha de protesta de 4.000 personas, que salió de Trintxerpe para llegar a Donostia.

El alcalde de la capital guipuzcoana, Eneko Goia, y su homóloga de Pasaia, Izaskun Gómez, estuvieron presentes en el acto, junto a miembros de ambas corporaciones, y de familiares de las víctimas de aquel sangriento suceso, que hasta el momento no había tenido recordatorio alguno.

Los asistentes al acto de recuerdo descubrieron un monolito en la placita del reloj de Ategorrieta y llevaron a cabo una ofrenda floral. "Mediante gestos de reconocimiento público como este, el Ayuntamiento donostiarra pretende sacar del olvido su historia y dar a conocer lo acontecido en la ciudad" , explicó el Consistorio donostiarra.

En el acto tomó la palabra la sobrina de uno de los fallecidos, José Novo. Recordó que su padre tenía 14 años cuando murió su hermano, llegado de Galicia para trabajar. "Nos contaron la historia como un gran secreto, el franquismo les cerró la boca", recordó la sobrina, que explicó las circunstancias de aquel suceso.

"Cuando mi tío llegó aquí, se encontró con una huelga de trabajadores de la mar y pudo comprobar que les habían traído como esquiroles. Pero no lo eran y decidieron unirse a la protesta. Su solidaridad le llevó al una muerte prematura", explicó.

Por su parte, el alcalde donostiarra destacó la idea del "silencio posterior" que se produjo y "la falta de reconocimiento a lo que aquí sucedió y el olvido el que cayeron las víctimas". "Parecía como si nada hubiera sucedido", añadió el regidor, que lanzó "un mensaje de esperanza" para pensar que "algo así es impensable que vuelva a suceder".

También la regidora pasaitarra recalcó "lo ofensivo" que ha sido el largo silencio producido en torno a aquella masacre.

El suceso tuvo lugar el 27 de mayo de 1931, recién iniciada la República, en pleno conflicto entre trabajadores de la mar y armadores, tras una huelga de la flota de arrastre. Aunque el Ejército no impidió que partiera la marcha de protesta, cuando llegó a Ategorrieta, la Guardia Civil, con órdenes de que no se permitiese el avance de manifestación. comenzó a disparar contra los presentes y siete trabajodores perdieron la vida.

Estos fueron José Carnes (32 años), Manuel Pérez (34 años), José Novo (25 años), Antonio Barro (31 años), Julián Zurro (19 años), Jesús Camprosola (23 años) y Manuel López (26 años). Además de las victimas mortales, el hecho se saldó con un elevado número de heridos.