Las fiestas del invierno retornarán a Donostia desde este fin de año y la ciudad podrá celebrar tanto Santo Tomás como la Tamborrada, además de las cabaltagas de Reyes y Olentzero, Caldereros, Carnavales e Iñudes.

Así lo anunció este mediodía el alcalde, Eneko Goia, que reconoció la "ilusión" que siente por poder autorizar la celebración de los tradicionales festejos. "Todos unidos nos tenemos que poner a la tarea de reconquistar la normaliddd perdida", señaló.

Aunque todo dependerá de la situación sanitaria del momento de cada fiesta, por el momento se prevé que las distintas celebraciones se desarrollen con mascarilla, ya que no será posible mantener la distancia de seguridad en los actos.

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Además, queda descartado por ahora que la plaza de la Constitución o de Gipuzkoa cuenten con aforos que reduzcan la presencia de personas en las distintas celebraciones. Tampoco está previsto rebajar por obligación el número de participantes en los desfiles de Tamborrada. Otra cosa será, según señaló Goia, que las compañías infantiles o de adultos opten por recortar su número de miembros por cuestiones organizativas.

"El virus no ha desaparecido, tendremos que convivir con él y eso implica también tomar decisiones", advirtió el primer edil, que recalcó que era necesario tomar ya una decisión sobre los estejos, tras la sequía del pasado año, por respeto a la organización que requieren y al esfuerzo que muchas y muchos donostiarras realizan para que se puedan celebrar".

Goia señaló que a lo largo de la pasada semana mantuvo contactos con representantes de las tamborradas infantiles y de adultos, que le mostraron su disposición a volver a salir a las calles. Por ello, “una vez conocida la decisión del LABI de decretar el final de la emergencia sanitaria, con el que desaparecen la mayoría de restricciones en vigor”, el Ayuntamiento ha decidido autorizar los festejos con algunas condiciones “como el uso de la mascarilla en espacios interiores o aglomeraciones”.

Goia descartó restricciones a las bebidas alcoholicas en las celebraciones en la calle aunque recordó que los botellones “siempre han estado prohibidos, antes de la pandemia también”.

Asimismo, insistió que será la situación sanitaria la que lleve la batuta de cada festejo ya que “en los últimos 19 meses hemos acumulado experiencia a la hora de organizar diferentes actividades en base a la situación de cada momento”. Igualmente destacó la importancia social de estas celebraciones, “que tienen un valor simbólico, emocional y colectivo”.

El mandatario donostiarra agradeció la labor de organizaciones como Donostia Kultura, Donostiako Festak y demás agentes que han hecho posible que la ciudad haya tenido una cierta actividad en los últimos tiempos.

PUESTOS DE TXISTORRA

Donostiako Festak, por ejemplo, ya se ha puesto manos a la obra para la primera de las fiestas que llegará, la de Santo Tomás, y ha publicado las bases de inscripción para poder instalar uno de los 40 puestos de txistorra el 21 de diciembre o participar en los distintos concursos de la jornada. Los puestos son ocho menos que en la fiesta de 2019.

Las asociaciones y grupos escolares que deseen colocar un puesto de venta de txistorra en el recinto ferial podrán presentar sus solicitudes hasta el 25 de octubre. Los sorteos, para asociaciones y estudiantes por separado, tendrán lugar el salón de plenos del Ayuntamiento el 18 de noviembre.

Los puestos de estudiantes de ESO y de Bachiller no podrán vender alcohol, como en las últimas ediciones de la fiesta, ni tampoco aquellos en los que atiendan personas menores de edad.