- Las cabinas de La Concha volvieron ayer a abrir sus puertas después de trece días cerradas a consecuencia de la aparición de un socavón en su interior, relacionado con las obras del Topo y el agujero que se abrió en junio pasado en el sótano de un edificio de la calle Zubieta a causa de estos trabajos.

La existencia del agujero, del que se tuvo constancia el 7 de mayo, había pasado desapercibida porque se encontraba debajo del suelo. Los técnicos municipales que fueron a realizar la revisión anual de las arquetas previa a la temporada de playas se encontraron con el socavón, con la consiguiente inquietud. Ante la situación, se cerraron las cabinas, en las había una decena de usuarios, y la responsable de las obras del Topo, Euskal Trenbide Sarea (ETS), concluyó que el socavón era una consencuencia del abierto en junio. "Tras un primer análisis realizado, se ha podido constatar que todo apunta a que esta cavidad está relacionada con el incidente que se produjo hace casi un año. Aquel movimiento generó una descompresión de las arenas de la zona, que puede haber generado esta situación. Se trata de movimientos residuales del aquel incidente", señaló ETS.

Así, decidió inyectar mortero para taponar el agujero, una tarea que se llevó a cabo en tres veces (los días 7, 10 y 14) para dar tiempo a que el material se asentara y secara correctamente, según informó.

Las cabinas de La Concha así como las de Ondarreta empezaron a funcionar en octubre del pasado año después de haber estado cerradas varios meses a causa del covid. El servicio es muy utilizado no solo para los bañistas y usuarios de las playas sino también por los socios de la Kirol Txartela, que tienen acceso gratuito a estas instalaciones.

Los que no lo tienen deben abonar 1,10 euros por el uso de la taquilla o 1,50 por la taquilla y ducha caliente. Además, hay un servicio de consigna. Las cabinas de la Zurriola, a diferencia de las otras dos, se abren solo en temporada de verano.

La puesta a punto de estos populares vestuarios es uno de los trabajos que tienen lugar estos días de cara al inicio de la temporada de verano, que arrancará el 1 de junio en Donostia. No estarán los socorristas, pero sí las cabinas, los bares y los hondartzainak, controladores del aforo de los arenales que se estrenaron el pasado año por el covid y repetirán este.

Además, las playas están recuperando su perfil habitual, como en el caso de la Zurriola. En este punto, las máquinas están moviendo grandes cantidades de arena con el fin de colocarla de modo adecuado, dejando acceso a las cabinas y alisando la superficie para evitar que haya imperfecciones.