- El Ayuntamiento de Donostia estudia limitar el acceso de bicicletas de montaña en Ulia ante la creciente presencia de usuarios de estos vehículos y viandantes en general, que ha aumentado más aún con las restricciones de la pandemia. El pasado mes de febrero, los departamentos municipales de Mantenimiento y Servicios Urbanos, Medio Ambiente, Urbanismo y Movilidad mantuvieron una reunión para abordar "las posibles restricciones a la circulación de bicicletas" dentro del ámbito del plan Especial de Protección y Conservación del monte Ulia, que abarca unos cuatro kilómetros cuadrados repartidos entre Donostia, principalmente, y Pasaia. El documento lleva cinco años en elaboración y se tiene que aprobar de modo conjunto entre los dos ayuntamientos, según dicta el Plan Territorial Parcial de Donostialdea-Bajo Bidasoa.

Así lo explicó en la última comisión de Pleno de Ordenación del Territorio la concejala de Urbanismo de Donostia, Nekane Arzallus, en respuesta a una interpelación del grupo municipal de Elkarrekin Donostia, que preguntó en qué situación se encuentra Plan Especial de Protección y Conservación del monte Ulia, que no termina de ser una realidad a pesar de los sucesivos anuncios a lo largo de los años.

Arzallus añadió que, en marzo, la arquitecta municipal encargada del seguimiento del Plan Especial hizo un informe sobre lo que indica el borrador del plan en relación con las bicicletas. En síntesis, el documento propone que se realice un análisis de la afluencia y distribución del público en la zona natural compartida entre Donostia y Pasaia para valorar si se superan las capacidades de acogida de las distintas zonas y "poder plantear medidas de regulación adecuada" en caso de que así sea. También propone fortalecer el servicio de vigilancia ambiental del ámbito, elaborar un estudio de los senderos no cartografiados y de su estado e impacto ambiental y ordenar y reformar los principales viales de acceso rodado. El Plan Especial también contempla la creación de una guía de itinerarios didácticos y deportivos.

Estas actuaciones, sin embargo, deberán esperar a que se apruebe el documento. El Ayuntamiento de Donostia ha remitido al de Pasaia el borrador tanto en enero como en marzo, pero se encuentra a la espera de respuesta y "para poder avanzar en la tramitación es imprescindible la aprobación del convenio entre las dos instituciones".

Las medidas que podrían afectar a las bicicletas son solo parte de las 27 acciones previstas para proteger el monte y regular sus usos. Sus objetivos son, básicamente, preservar la zona natural y mejorar sus valores naturalísticos, paisajísticos y de patrimonio cultural. Asimismo, busca "limitar, controlar y direccionar las actividades y usos relacionados con el ocio y esparcimiento, deporte y turismo, a fin de evitar efectos negativos sobre los valores naturalísticos del ámbito", lo que podría tener afecciones no solo en los usuarios de las bicicletas sino, también, entre los senderistas y los numerosos asiduos al camino de Santiago, que atravesaban el monte antes de la pandemia y podrían volver a recorrerlo cuando las condiciones sanitarias mejoren.

El Plan Especial prevé también que las instituciones adquieran terrenos de titularidad privada para garantizar una gestión del espacio según las directrices del plan. Vigilar las poblaciones de especies de interés, ya que hay en Ulia especies amenazadas, 30 de ellas de aves, y estudiar la erradicación de especies invasoras son algunas de las ideas del documento, que también aspira a poner en valor los restos del antiguo parque de atracciones de Ulia, anterior al de Igeldo, que contaba con un tranvía y llegó a tener un transbordador aéreo.

El Plan Especial de Ulia lleva preparándose desde hace cinco años y debe aprobarse de modo conjunto entre Donostia y Pasaia