DONOSTIA. Un nuevo tramo de medio kilómetro con zona peatonal y bidegorri estará listo en otoño entre los puentes de Martutene y el Polígono 27 en el paseo de Sarrueta. A la obra le quedan los remates de la superficie pero la parte hidráulica ya ha finalizado y con ella se pone fin a seis años de obras de ensanchamiento y encauzamiento del Urumea a su paso por Martutene para evitar las inundaciones. En total, 1,4 kilómetros del cauce del río han sido reformados para aumentar su capacidad de recogida de agua y evitar así las inundaciones que han afectado tradicionalmente la zona.

La actuación, a cargo de la Agencia Vasca del Agua Ura, ha supuesto la ampliación del ancho del río del 20 a 45 metros y la creación de una zona inundable para peatones y bicicletas. En el último tramo finalizado del paseo de Sarrueta, que arrancó el pasado verano, se crearán dos carriles viarios, a salvo de las crecidas de agua, y cerca surgirá una nueva zona de viviendas. El trayecto formará parte de la conexión peatonal y ciclista Donostia-Hernani en el futuro.

La obra recibió ayer la visita de la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia; el alcalde de Donostia, Eneko Goia; el director general de la Agencia Vasca del Agua, Antonio Aiz, y la viceconsejera de Medio Ambiente, Amaia Barredo, entre otros responsables técnicos.

La parte principal de los trabajos se ha llevado a cabo en la margen derecha del río, donde se han llevado a cabo desmontes junto a la carretera y se han demolido viejos talleres y caseríos. El horno de cal de Latsuene, de finales del siglo XIX, situado en la zona, se ha desmontado y vuelto a levantar unos metros más hacia el Polígono 27 para poder mantenerlo en la zona como recuerdo del pasado.

Tapia destacó que, ahora, el Urumea está preparado para recibir crecidas de agua sin peligro y añadió entre la primera y la segunda fase de obras para prevenir las inundaciones en Martutene el Gobierno Vasco ha invertido 35 millones de euros.

Goia, por su parte, manifestó que "a partir de ahora, dejaremos de ver el río como un problema". Asimismo, quiso agradecer la implicación del Gobierno Vasco para esta cuantiosa obra, con la que el Ayuntamiento ha contribuido aportando terrenos expropiados. También dio las gracias a los técnicos de Ura por haber explicado y trabajado con los vecinos de la zona de modo que la obra, y sus molestias, hayan sido comprendidas y soportadas.

Goia señaló que a partir de ahora en el Urumea a su paso por Donostia solo quedan dos puntos considerados como obstáculos hidráulicos, ambos en terrenos del Estado. Por una parte, citó la cárcel de Martutene que, cuando sea trasladada, permitirá también reformar el cauce en la zona y, por otra, el puente de los cuarteles de Loiola, que se considera también un obstáculo y que se tratará de sustituir.

Por otra parte, los trabajos contra las inundaciones junto al Urumea tienen prevista la construcción de un lezón (un montículo) en la nueva urbanización de Ciudad Jardín de Loiola, de modo que proteja el barrio de posibles avenidas de agua.

Fuera del término municipal de Donostia, aguas arriba de Martutene, se ha redactado el proyecto para ampliar la capacidad hidráulica del Urumea en el tramo entre Ergobia y Akarregi. También se rehabilitará el puente de Ergobia. El de Karabel, en Hernani, fue sustituido en 2014.