- Las obras que se desarollan en el interior de los edificios residenciales de Donostia, y que necesitan algún tipo de licencia, se mantuvieron a lo largo del pasado año, a pesar de las restricciones que tuvieron lugar con motivo de la pandemia del covid. Se registraron 2.355, quince menos que el año anterior.

Según los datos registrados en el Ayuntamiento, mientras a lo largo del año 2019 se otorgaron 959 licencias para obras menores -como rehabilitaciones de fachadas, terrazas o cubiertas, así como instalaciones de ascensores y eliminación de barreras arquitectónicas, entre otras-, el pasado año la cifra subió levemente. En concreto, se registraron 966, es decir, siete más que en el ejercicio precedente.

En otro tipo de obras, las de pequeña envergadura, que pueden obtener lo que se denomina licencia menor exprés, bajó algo la cifra y fue de 1.339, mientras en 2019 había sido de 1.411, es decir, 22 más.

Este trámite se debe solicitar cuando se va a realizar una obra que no necesita proyecto técnico, por estimar que, en función de su naturaleza o entidad, tiene una incidencia mínima en el entorno urbanístico.

Por otra parte, existen otras obras que no precisan de ningún tipo de licencia ya que no suponen modificaciones de tabiquería, ni apertura o cierre de huecos, como, por ejemplo, pintura interior, azulejado, pavimentos, renovación de instalaciones, etc...

Por el contrario las denominadas obras mayores (de construcción, reconstrucción interior, demolición, etc...) sí experimentaron un descenso a lo largo del pasado año, que se vio reflejado también en los impuestos. Sin ir más lejos el Impuesto de Construcciones se vio resentido y recaudó 2,6 millones de euros menos.

En Donostia, aproximadamente la mitad de las ayudas que destina el Consistorio a distintas obras de rehabilitación se destinan a las de accesibilidad, como la colocación de ascensores allí donde no los hay, o rampas y elevadores en portales. La ciudad cuenta aún con unas 15.000 viviendas sin ascensor en el edificio.