Donostia - La unión temporal de empresas (UTE) formada por Acciona, Cycasa Canteras y Construcciones y Murias ha ganado el concurso convocado por la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado (Siepse) para ejecutar la nueva cárcel de Zubieta, según la adjudicación del concurso formalizada ayer.

La agrupación empresarial, que deberá empezar la obra en primavera, según el calendario previsto, es la que mejor puntuación ha obtenido entre las diez presentadas al concurso. Algunas de las propuestas han sido eliminadas por ofrecer un precio excesivamente bajo.

Finalmente, la propuesta de Acciona, Cycasa y Murias cifra la construcción de la nueva prisión en 38,8 millones de euros (sin impuestos), un 6% menos que los 41,3 millones por las que salió a concurso el pasado mes de noviembre. Las propuestas económicas del concurso, que se cerró en diciembre, han oscilado entre los 35,2 millones de euros y los 41,1 millones de euros.

El Centro Penitenciario Norte III, como se denomina de modo oficial, deberá ejecutarse en 22 meses, por lo que será una realidad en primavera de 2023. El espacio contará tanto con prisión como con un centro de inserción social. Se construirá con criterios de eficiencia energética y más del 50% de la energía procederá de fuentes renovables. Ademas, el complejo dispondrá de un sistema para aprovechar parte del agua de la lluvia.

La infraestructura tendrá 36.000 metros cuadrados construidos en una parcela de 28 hectáreas situada en Eskusaitzeta (altos de Zubieta) y será "como una pequeña ciudad" a 8 kilómetros del centro de Donostia.

Así lo señaló el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en diciembre pasado, cuando se trasladó a Donostia para dar a conocer las líneas maestras del nuevo espacio penitenciario que estará orientado la "reeducación y reinserción social", según dijo.

La cárcel estará distribuida en seis módulos alrededor de una plaza y contará con 234 celdas para unas 500 personas. Uno de los módulos será femenino y dispondrá de 25 celdas. Habrá otro para ingresos con 36 celdas más y otras siete para el régimen disciplinario. El ministro destacó que no habrá cámaras de régimen cerrado o primer grado.

Además, el complejo penitenciario de Eskusaitzeta contará con un centro de inserción social para reclusos en tercer grado con 52 habitaciones. El conjunto se completará con un edificio deportivo-cultural y talleres productivos para el trabajo remunerado de los presos. En otro edificio se concentrarán los servicios generales, como cocina y lavandería, así como una enfermería con quince camas. Otra construcción estará reservada a las comunicaciones y videoconferencias con el exterior con un sistema moderno de cabinas.

La apertura de la prisión de Zubieta permitirá cerrar y derribar la de Martutene para destinar el solar a la creación de la segunda fase del barrio de Txomin. Esta cárcel, levantada en 1948, no se encuentra en mal estado de conservación, según explicó recientemente su directora, la psicóloga Marian Moreno, que recuerda que ha ido mejorando sus infraestructuras y que cuando se derribe estará en una buena situación, aunque por motivos urbanísticos sea necesario cambiarla de lugar.

Martutene. En la actualidad, casi la mitad de los reclusos de la prisión de Martutene lo están por delitos de violencia de género. También hay personas internadas por infracciones contra la seguridad vial y otras, por robos y tráfico de drogas, entre otras circunstancias. No hay módulos diferenciados, algo que es posible porque los internos de este centro de reclusión pertenecen a los considerados poco conflictivos. La población reclusa de Martutene ronda las 280 personas, aunque solo hacen vida a diario en la cárcel unas 170. Las demás salen a la calle o cumplen condena en casa con pulseras telemáticas. En el centro hay una quincena de mujeres.