El viaducto de Iztueta apareció ayer ya mordido por las máquinas de obra. El derribo del paso elevado que ha conectado Egia con el Centro durante décadas ha empezado a desaparecer, un proceso que se llevará a cabo por fases. Esta pasada noche han comenzado los trabajos nocturnos de la obra, que persiguen trasladar la catenaria y sujetarla a apoyos provisionales, que se mantendrán a lo largo de la obra. Como anécdota curiosa, muchos viandantes hicieron un alto en el camino para fotografiar el paso elevado a punto de desaparecer.