Más mascarillas que tambores. Incluso, en según qué horas, más agentes de la Ertzaintza que gente en la Parte Vieja donostiarra. El 20 de enero de 2021 será recordado como el más silencioso de la historia en Donostia. No obstante, las ganas de diversión y el tradicional poteo no han faltado esta mañana por las calles de la capital guipuzcoana. Con, eso sí, todas las medidas de seguridad: "Es una tamborrada hasta el toque de queda". Y un poco más, porque los incidentes, que dejan al menos un detenido, han retrasado la Arriadalos incidenteshan retrasado la Arriada tres cuartos de hora, hasta pasadas las 22:15 horas.

Ha costado que Donostia se diera cuenta hoy que era su día grande. Durante las primeras horas del día sus calles parecían cualquier otro día del año y no un 20 de enero, pero poco a poco los donostiarras se han ido animando y han vesitdo la ciudad de blanco y azul y de algún que otro tambor.

"Es un Día de San Sebastián más frío que de costumbre, pero es lo normal tal y cómo está todo. Toca adaptarse a la situación", han apuntado Miguel y Arantxa, una pareja que se ha animado a acercarse desde El Antiguo a la Parte Vieja "a tomar algo" y ver el ambiente "sin estar donde haya aglomeraciones".

Aunque es cierto que en las inmediaciones de la Plaza de la Constitución se ha podido ver a más de un grupo de tamborileros que sobrepasaban el número máximo de personas juntas permitidas, la mayoría de los donostiarras han aceptado las restricciones y han preferido aprovechar el día de otra manera. "No pasa nada porque un año no se pueda salir. Es mejor hacer las cosas bien y que el próximo recuperemos la fiesta", ha indicado Maider, una donostiarra con pañuelo de San Sebastián al cuello.

"El año que viene debería ser doble; que haya tamborradas el 19 y el 20, por ejemplo", han comentado, sin dejar muy claro si era en broma o no, un grupo de cuatro amigas -Irati, Lierni, Naia y Eneritz- que paseaban por Donostia con todo el material que han podido echar mano en sus casas correspondientes al día más importante de la capital guipuzcoana: banderas, tambores, pañuelos, chapas... "La idea es hacer la tamborrada hasta el toque de queda", han añadido.

Ambiente disperso

El ambiente festivo más allá de la Parte Vieja ha sido disperso. A pesar de que la decoración de los balcones de prácticamente cualquier barrio de la ciudad recordaba que era 20 de enero, la ausencia de música y de golpes de tambor parecían indicar lo contrario. De hecho, la imagen de calles como la de Matía en El Antiguo no distaban mucho de la de un domingo cualquiera. "Por lo menos, podían haber puesto altavoces con música. Así parecería otra cosa", se han resignado dos amigas en una terraza de un bar. Los decibelios volverán a subir, si el coronavirus, lo permite dentro de un año.