- La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Donostia aprobó ayer de modo definitivo la nueva ordenanza de eficiencia energética, un texto que sustituye al que estaba en vigor desde el año 2009 y que afecta tanto a las nuevas construcciones como a las obras de rehabilitación o reforma de los edificios.

Tras la reunión semanal del Gobierno municipal PNV-PSE, el alcalde, Eneko Goia, explicó que la nueva reglamentación obliga a que los edificios privados cumplan como mínimo con el grado C de eficiencia energética, mientras que en los de propiedad pública el Ayuntamiento será “más exigente” y obligará a cumplir el nivel B, de una graduación que va de la A a la F.

El primer edil explicó que los edificios son una de las fuentes de emisión de CO2 a la atmósfera en las ciudades. En concreto, en Donostia emiten un 21% de los gases nocivos, según los cálculos hechos públicos por el propio Consistorio. Para reducir al máximo la contaminación procedente de las construcciones, las directrices de la normativa de eficiencia energética tienen en cuenta distintos aspectos. Por ejemplo, los nuevos edificios deberán tener una orientación favorable, así como un diseño, materiales y un tipo de fachadas adecuadas para lograr el mínimo consumo posible. Además, estarán obligados a colocar instalaciones de energías renovables como placas solares allí donde sea posible.

La finalidad última de la normativa es aumentar el ahorro energético y reducir las emisiones sin rebajar el confort de los habitantes de los edificios afectados.

El articulado que empezará a utilizarse ahora antes de otorgar las distintas licencias de construcción y obras recuerda que la Unión Europea urge aumentar el ritmo de renovación de edificios existentes. Señala, además, que el 70% del parque inmobiliario de Donostia fue construido antes de 1980 y, en consecuencia, fue levantado sin la obligación de cumplir normativa mínima alguna de eficiencia energética.

La primera ordenanza de eficiencia energética de Donostia de 2009 fue premiada en distintos foros. Hasta el año 2016, se habían tramitado más de 1.100 expedientes urbanísticos con las directrices de este reglamento que evitaron la emisión a la atmósfera de más de 2.000 toneladas de CO2. Por ello, la normativa fue premiada en el Congreso Nacional de Medio Ambiente de Madrid, en el marco de los galardones a las buenas prácticas locales. Asimismo, fue finalista la verificación del inventario de gases de efecto invernadero de la ciudad.

Por otra parte, la Junta de Gobierno de Donostia aprobó ayer formalizar la incorporación de la capital guipuzcoana a la red de ciudades de la ciencia y la innovación Innpulso. Goia recordó que ”ya en el Plan Estratégico de 2010 se establecía como objetivo que Donostia se configurara como ciudad científica y tecnológica, fomentando el desarrollo de los sectores innovadores”. Esta vocación, recordó el alcalde, tuvo su reconocimiento en diciembre de 2010 cuando Donostia fue designada Ciudad de la Ciencia y la Innovación.

En este contexto se plantea ahora la inclusión de Donostia en la red Innpulso, cuyo objeto es reconocer e impulsar las actuaciones que en materia de ciencia e innovación realizan las administraciones locales.

Además, la Junta de Gobierno local adjudicó ayer el servicio de haurtxokos y gaztelekus de Donostia a la sociedad Hezi Zerb por 584.928 euros para lo que queda de curso escolar, con dos posibles prórrogas de curso entero por un millón de euros. Asimismo, el Ayuntamiento aprobó un gasto de 37.000 euros para subvencionar el IBI a familias perceptoras de ayudas sociales y otros 200.000 para el pago del agua y las basuras.

Donostia se suma a la red de ciudades de la ciencia y la innovación Innpulso, diez años después de ser reconocida como tal