La Junta de Gobierno Local ha aprobado este martes varias modificaciones de las Normas Urbanísticas Generales del Plan General de Ordenación Urbana que afectarán a la la posibilidad de reducir el tamaño medio de las viviendas, a la construcción de balcones en edificios que no cuentan con ellos y nuevos requisitos para convertir edificios en hoteles.

La posibilidad de dividir la superficie de viviendas actuales para generar dos es un tema que lleva tiempo sobre la mesa de los despachos municipales. Un estudio realizado en 2018 diagnosticó que la tercera parte de las viviendas de la ciudad, una de las urbes con los precios más caros, estaba habitada por un único residente, lo que sobre todo en barrios como el Centro supone que una persona viva en pisos de más de cien metros cuadrados.

La modificación que se ha aprobado de manera provisional este martes permitirá que los pisos de la zona Residencial de Casco Antiguo y el Ensanche puedan pasar de 75m² y 85 m² construidos respectivamente a 65m². Por su parte, el tamaño promedio de las viviendas calificadas como Residencial de edificación abierta pasa de 85m² construidos a 80m²; y el promedio de las viviendas calificadas como Residencial de edificación de bajo desarrollo se mantiene en 120m².

El Ayuntamiento espera que con estas modificaciones sea más sencillo llevar a cabo la segregación de viviendas, aunque se establece un mínimo de condiciones exigibles para la posterior habitabilidad de ambas unidades. Es decir, un piso que hoy en día en la Parte Vieja o el Centro cuenta con más de 110m² podrá convertirse en dos siempre que una tenga el nuevo tamaño medio de la vivienda (65m²) y el otro cuente con el tamaño mínimo establecido por norma, que se sitúa en los 45m². De la misma manera, en el resto de casuísticas una de las dos viviendas deberá contar con el mínimo de metros cuadrados establecidos en cada categoría.

Nuevos balcones

Las modificaciones aprobadas también afectan a los balcones, espacio clave en época de confinamiento, ya que fueron casi el único contacto con el exterior para muchas personas. El objetivo del Consistorio es que todas las viviendas de nueva construcción cuenten con balcones o terrazas, hasta un máximo del 10% del suelo construido y sin que compute como edificabilidad urbanística.

La medida también afecta a viviendas que ya existen, a las que se les pedirá que la propia estructura del edificio pueda sostener los balcones y que la comunidad de propietarios dé luz verde a un proyecto que sea unitario para la fachada. Además de contar con la luz verde administrativa, también se deberán respetar distancias mínimas entre edificaciones.

Para ello, en el caso de las viviendas preexistentes y que no formen parte del Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbano Construido (PEPPUC), deberán de cumplirse una serie de requisitos, como por ejemplo, que sea un acuerdo de toda la comunidad, que estructuralmente pueda llevarse a cabo la construcción, que tanto el proyecto como la ejecución sean unitarias, que sean objeto de aprobación y autorización administrativa por parte del Ayuntamiento y otros como que se respeten las distancias mínimas entre edificaciones.

Frenar la conversión de edificios en nuevos hoteles

El Ayuntamiento también se propone "frenar la sustitución de viviendas por hoteles" en esta modificación de las Normas Urbanísticas Generales, por lo que ha endurecido los requisitos para abrir nuevos establecimientos hoteleros de estas características. Además de la necesidad de elaborar un plan especial, Donostia exigirá que el uso terciario existente en el ámbito urbanístico donde vaya el hotel no sea superior al 40% de toda la superficie edificable, y siempre que el uso hotelero existente en dicho ámbito sea inferior al 25% de la superficie destinada a uso terciario.