- El Ayuntamiento de Donostia derribará finalmente las viviendas de los números 11, 13 y 17 de la calle Amara y realojará próximamente a las 19 familias que los habitan en Morlans. Las casas están apuntaladas desde hace ya tiempo y, según fuentes municipales, los últimos informes técnicos advierten de que las deficiencias estructurales "pueden comprometer su seguridad".

Los vecinos, sobre todo personas mayores con rentas antiguas, llevan años solicitando arreglos urgentes y estructurales en los inmuebles (propiedad del Ayuntamiento), aunque no se llevaban a cabo intervenciones integrales porque había sobre la mesa un proyecto para derribarlos, que estaba incluido en el plan de vivienda aprobado en 2018 (prevé crear 80 alojamientos dotacionales para jóvenes o mayores en la parcela). Sin embargo, el año pasado responsables municipales les comunicaron que Urbanismo, entonces en manos del PSE-EE, se estaba planteando reformarlos. En una reunión con los afectados les plantearon incluso que se podrían instalar ascensores y adecuar los pisos vacíos para personas mayores.

Esa posible reforma no avanzó y el área de Urbanismo, dirigida ahora por la jeltzale Nekane Arzallus, acaba de confirmar a los inquilinos que la situación de las edificaciones es "precaria desde el punto de vista de la seguridad, lo que hace necesario proceder a su desalojo y derribo en un plazo prudencial".

La concejala declaró ayer que el Ayuntamiento "tiene la voluntad de buscar una solución individualizada" a las 19 familias, por lo que se analizará su situación "con el fin de buscar la mejor de las salidas". Así, Etxegintza (que ha llegado a un acuerdo con el Gobierno Vasco para poder utilizar viviendas de su titularidad en Morlans) intentará ofrecerles una solución alojativa "adecuada a cada unidad convivencial". Arzallus apuntó, asimismo, que se realojarán todos en la misma zona para facilitar "que no pierdan sus relaciones sociales y de vecindad".

Los bloques de viviendas de la calle Amara, que en su origen fueron destinadas a miembros de la Guardia Municipal, no estaban incluidos en la gran operación de reurbanización de San Bartolomé, aunque están rodeados de nuevos bloques de viviendas, algunos de ellos al otro lado de la misma calle Amara.

Su deterioro es visible: en el bloque del número 13 los balcones están apuntalados y en la fachada del número 11 hay varias zonas desprendidas y también han tenido que colocar una viga metálica para sostenerla. El último informe de los técnicos municipales y arquitectos externos que aboga por el desalojo para proceder a su derribo menciona que "el proceso de degradación estructural, vinculado a una obsolescencia del material constructivo, compromete su seguridad".

Fuentes municipales confirmaron tras la aprobación del plan de vivienda de 2018 la intención de eliminar estos bloques y crear nuevos apartamentos dotacionales, aunque ya indicaron entonces que hay terrenos en esa zona que no son propiedad del Ayuntamiento, sino de la Tesorería General de la Seguridad Social, por lo que adquirirlos iba a suponer un proceso bastante largo que impediría poder emprender la reurbanización a corto plazo.

Proyecto. El Gobierno municipal aprobó el martes el proyecto de estabilización de un talud rocoso en la trasera de la calle de la Salud, también en Amara Zaharra. El proyecto ha sido redactado por la firma Ikerlur Geología y Geotecnica SL y tiene un presupuesto de 380.357 euros, según explicó el alcalde, Eneko Goia. El talud lleva años sufriendo desprendimientos de piedras que llegan a los patios de los edificios y los vecinos ya denunciaron hace años la situación. Constataban que sus viviendas se habían construido contra un muro de piedra y, como consecuencia, advertían de que tenían problemas de seguridad.

Números. Concretamente, a partir de este proyecto se trabajará en la estabilización del talud ubicado detrás de los números 10-12, 18-22, 22-24 y 26 de la calle Salud.