l esqueleto de ballena franca del Aquarium donostiarra, un imán para los más de 15 millones de visitantes que lo han visto en sus 142 años de presencia en el museo, ha sufrido un profunda limpieza durante los meses de cierre de la instalación con motivo del coronavirus. El símbolo más clásico del centro oceanográfico podrá contemplarse de nuevo el próximo miércoles, 3 de junio, cuando el espacio cultural vuelva a abrir sus puertas, con las limitaciones propias de la situación de alarma y un nuevo horario más reducido, de 11.00 a 19.00 horas, de martes a domingo, que irá ampliándose si mejora la situación. La taquilla se cerrará a las 18.00 horas con el fin de que los visitantes que accedan tengan tiempo de ver las instalaciones tranquilamente.

El esqueleto de la ballena que cuelga del edificio antiguo del Aquarium es el penúltimo ejemplar de los capturados en la costa vasca en 1878. El último se cazó en aguas de Orio en 1901. La estructura ósea reconstruida se colocó en 1933 y, desde entonces, no ha dejado de provocar el asombro de los visitantes, entre ellos muchos escolares. El esqueleto tiene doce metros de largo y es uno de los tres completos que se conservan en Europa, además del único del Estado español.

El cierre obligado por la pandemia ha dejado tiempo libre al departamento de conservación del museo, que ha abordado una limpieza en profundidad y ha dejado la osamenta reluciente para una larga temporada.

Pero los visitantes que se adentren en el espacio cultural del muelle podrán ver otras curiosidades que han sido mejoradas. Por ejemplo, aprovechando el cierre de las instalaciones se ha renovado la vitrina de los fósiles donde se podrán observar un diente de megalodón, un limul fósil, corales, trilobites€ que hacen viajar millones de años hacia el pasado.

En su nueva etapa, el Aquarium mostrará, además, más peces que nunca ya que en febrero fueron trasladados animales y corales desde el Acuario de Getxo y durante la cuarentena se han ido trasladando a distintos recintos del museo donostiarra para que puedan ser contemplados. En total, habrá más de 10.000 peces de 250 especies diferentes. Además, y como en el tiempo de confinamiento muchas especies se han reproducido, el público podrá ver caballitos de mar, tiburones, rayas y otros ejemplares recién nacidos.

Con la reapertura del Aquarium, el segundo museo más visitado de la CAV detrás del Guggenheim de Bilbao, volverá a ser visible la exposición del artista multidisciplinar Álvaro Ledesma, que fue instalada en vísperas del confinamiento. Un mundo imaginario inspirado en los fondos abisales se podrá visitar en la sala T.

En la nueva situación el aforo general del Aquarium será de 470 personas, la mitad del habitual. El cumplimiento de esta cifra se calculará por medio de cámaras de inteligencia artificial, controladas desde la taquilla. Los datos se darán a conocer en la web para que los posibles visitantes los tengan en cuenta a la hora de programar su estancia en el lugar. Una alfombra desinfectante, geles y distancia de dos metros entre las personas serán una nueva realidad también en el veterano Aquarium.