donostia - Los colectivos ecologistas Eguzki y Haritzalde han plantado "cientos de semillas de árboles autóctonos" en la ladera deforestada de la zona de Lourdes Txiki durante el pasado periodo de Navidad. El "acto simbólico" pretende denunciar que el Ayuntamiento donostiarra "no ha cumplido su palabra y no ha revegetado la ladera", como había anunciado, tras la tala de árboles que tuvo lugar hace tres años a petición de la ikastola Ekintza, que temía que la caída de ramas pudiera poner en peligro la seguridad de los escolares en el patio.

Eguzki y Haritzalde explicaron que han diseminado semillas de roble pedunculado, fresno y falso plátano recogidas en la zona en "una acción simbólica para recordar esta situación de dejadez".

Al respecto, recordaron que "en estos meses el Ayuntamiento no ha cumplido su palabra y la zona se ha llenado de especies exóticas invasoras como la hierba de la Pampa (Cortaderia selloana), la budleja (Buddleja davidii) o la falsa acacia (Robinia pseudoacacia)".

Asimismo, añadieron que "no se sabe nada de las supuestas sanciones que se iban a imponer a los propietarios de la parcela y no se ha garantizado la protección futura de la ladera en el planeamiento municipal".

Eguzki y Haritzalde explicaron que "en abril de 2017, en nombre de la seguridad se deforestó una superficie de 2,5 hectáreas, casi tres campos de fútbol, y se abrió un kilómetro de pistas". "El impacto paisajístico también fue brutal y era visible desde la misma Concha", subrayaron. En este sentido, lamentaron que "se destruyó un hermoso bosque mixto que el propio planeamiento municipal protegía y fueron talados robles centenarios de los que apenas nos quedan".

A ello añadieron que el Consistorio "había fijado un franja de seguridad de 50 metros en la ladera sobre la ikastola Ekintza para garantizar la seguridad de los niños, pero no puso medio alguno para el control de los trabajos y cuando se pararon la franja talada alcanzaba los 100 metros desde la ikastola". Asimismo, aseguraron que "se utilizó la excusa de la seguridad infantil para ordenar los trabajos y supuestamente se debían realizar en vacaciones, pero continuaron en el periodo escolar, cayendo piedras, troncos y ramas".

Además, denunciaron que "la maquinaria pesada anduvo por la ladera arriba y abajo por encima de la ikastola y la eliminación de toda la vegetación y las pistas aumentaron el riesgo de desprendimientos, por lo que a posteriori se exigió un plan de estabilización de la ladera".

Los colectivos ecologistas también afirmaron que "los trabajos los tuvieron que parar los guardas forestales de la Diputación y el Ayuntamiento no lo hizo a pesar de las denuncias". "El 22 de mayo, el día de la Biodiversidad, volvieron a comenzar con las talas y de nuevo fueron los guardas forestales forales los que paralizaron los trabajos ante la inoperancia municipal", recalcaron.

A su juicio, "la tala fue ilegal por no contar con la autorización de la Diputación" y los trabajos "se realizaron en contra de las directrices de los técnicos del Ayuntamiento y sin contar con ellos". - E.P./N.G.