SURGIÓ en Altza en los años 80, "un barrio construido en vertical y sin recursos de ocio". La asociación Berpiztu nació para ofrecer alternativas a los jóvenes en una época en la que las drogas campaban a sus anchas. Berpiztu planteó un ocio educativo para los chavales con mayores problemas de integración, muchos de ellos inmigrantes.

Desde entonces han pasado 25 años y Berpiztu continúa trabajando en mejorar la comunidad de Altza, aunque ahora con bastantes más proyectos. Entre ellos, el sábado hicieron un descanso para celebrar sus bodas de plata en el centro Tomasene, en un acto abierto a los altzatarras que respondieron a la invitación de la asociación.

Además de organizar actividades de ocio educativo, Berpiztu trabaja ahora en proyectos de cooperación al desarrollo en Guinea, colabora con asociaciones de Navarra, Vitoria y Barakaldo y también reparte comida y ayuda y orientación a las familias sin recursos que, debido a la crisis, se han triplicado, según explican Ángel González y Ortzadar Labaien, miembros de la agrupación.

Aunque su principal actividad sigue siendo el ocio para jóvenes, en especial para los que pueden tener problemas de exclusión, pero también para el resto de jóvenes altzatarras. Y ahora trabajan también con chavales mayores de 17 años. Con ellos han creado un nuevo programa, Gaztegune, en el que además les ofrecen orientación laboral y les ayudan a proponer sus propios proyectos y desarrollarlos.

voluntarios

El perfil ha cambiado

"En realidad en Altza sigue sin haber otros recursos para jóvenes, a lo mejor es porque estamos nosotros", explica Labaien. Aunque ambos reconocen que tanto los jóvenes como el propio barrio han cambiado mucho en estos 25 años. "Su perfil es diferente, aunque seguimos trabajando en la prevención. Y ahora hay que motivarlos más", reconoce la joven, al tiempo que añade que es más que gratificante la respuesta que obtienen después por parte de los jóvenes altzatarras.

Asimismo, aunque no haya gaztelekus en Altza sí tienen nuevas casas de cultura a las que recurren para organizar eventos y actividades. Precisamente recurrieron a una de ellas, a Tomasene, el sábado pasado para celebrar allí el cuarto de vida de la asociación. Allí se encontraron muchos de los 90 voluntarios que colaboran con Berpiztu.

Porque los voluntarios son "el pilar" de Berpiztu y de ahí que tuvieran un reconocimiento especial en Tomasene. En el acto también participaron algunos grupos de niños con los que trabaja Berpiztu y un vídeo resumió la andadura de la agrupación altzatarra en estos años. El encuentro continuó con un lunch y algunos de los miembros de Berpiztu prolongaron la fiesta en una comida.

Y, después, a seguir trabajando porque como dice el lema elegido para el aniversario, la agrupación tiene "25.000 razones para seguir".