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Donostia y Azpeitia brillan en el gran Día de San Sebastián

Donostia y Azpeitia brillan en el gran Día de San SebastiánRuben Plaza

Donostia y Azpeitia siguen disfrutando de un gran Día de San Sebastián al que ni siquiera el sol ha querido faltar tras dos años sin fiesta por culpa de la pandemia. A las emocionantes izadas de medianoche, quizá las más esperadas de la historia, le han seguido unas madrugadas multitudinarias madrugadas.

En Donostia, por ejemplo, cerca de 40 tamborradas han tomado las siete zonas en las que se distribuye la fiesta: Parte Vieja, Centro, Gros, El Antiguo, Amara-Riberas-Morlans, Loiola-Egia-Martutene y Altza-Intxaurrondo. Un sinfín de compañías de las que, pese a las lluvias de las primeras horas del 20 de enero, han traído las largamente esperadas marchas de Raimundo Sarriegi de vuelta.

[Fotos] Las tamborradas de las primeras horas de la fiestaIker Azurmendi

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Una de las principales noticias del amanecer ha llegado con el sol, al que se le esperaba más bien para la tarde, pero no se ha querido perder la fiesta, lo que ha despejado los temores que, sobre todo, los días anteriores, había en torno a la Tamborrada Infantil.

[Fotos] Las tamborradas de la mañana del Día de San SebastiánGorka Estrada

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A partir del mediodía, los sones de Sarriegi se han podido escuchar desde Alderdi Eder por toda la bahía gracias a los más jóvenes, que han desbordado las calles del Centro de su ilusión. Casi 5.000 niños y niñas que han teñido de color y felicidad los principales enclaves de la capital donostiarra.

De la misma manera, Azpeitia era un mar de dudas, que se despejaron la víspera de San Sebastián: habría Tamborrada Infantil, que ha brillado por las calles de la localidad del Urola.

Tambor de Oro

Al mismo tiempo, en el interior del Ayuntamiento de Donostia, el alcalde, Eneko Goia, ha entregado el Tambor de Oro, la máxima distinción de la capital, al empresario Javier García Cogorro, líder de Viralgen, que en su discurso ha reconocido su querencia por la ciudad que le ha acogido: "Vine hace seis años y me siento donostiarra; mi ADN ha cambiado".

Ya por la tarde, la fiesta continúa con la especial circunstancia de que a este 20 de enero le seguirá un sábado. Si no fueran suficientes los dos años sin celebración, una razón más para alargar la fiesta más allá de la Arriada de la medianoche hasta que el cuerpo aguante.