uchas gracias por los ascensores, pero no nos parecen suficientes”, afirman de forma tajante los vecinos y vecinas de Santa Teresa y San Esteban del Puerto. Califican de “grata noticia” que el Ayuntamiento arrasatearra haya puesto en marcha el proceso para diseñar los elevadores que pretenden hacer más cómodos los desplazamientos a pie en las calles Santa Teresa-Agerre, porque “indudablemente es una mejora para el barrio”. Sin embargo, se muestran críticos, por un lado, con el planteamiento para abordar el proyecto con la ciudadanía y, por otro, con el enfoque de una inversión que a su entender se queda “corta” para cubrir la larga lista de carencias y desperfectos que acumula esta zona residencial en la que no se ha intervenido durante años.

Agrupados en la asociación Avesantes, estos arrasatearras cuestionan el proceso participativo, a partir de tres alternativas, promovido por el Consistorio en el que, según insisten, “lo único que se nos da a elegir es por dónde queremos acceder a las primeras cabinas, en el tramo más bajo. La ubicación final está impuesta y no se garantiza la accesibilidad del barrio”, se quejan los vecinos de Santa Teresa-San Esteban del Puerto que esta semana han vuelto a poner de manifiesto su nutrido listado de, en buena parte, “históricas” peticiones.

“¿De qué nos sirve que las numerosas personas mayores y con problemas de movilidad que residen en el barrio suban en el ascensor si luego tienen que acceder por mitad de la carretera o por unas escaleras altamente peligrosas a sus viviendas?”, recalcó el presidente de la asociación, Juankar Dávila. Recordó que hace un año, durante la vista de los responsables municipales al barrio, los vecinos apostaron por las escaleras o rampas mecánicas. “Si se han instalado en localidades como Hondarribia, Eibar o Gasteiz, ¿por qué no se pueden poner aquí?”, se preguntó Dávila.

Barreras arquitectónicas sin resolver que obstaculizan la movilidad peatonal; filtraciones de agua que han provocado grietas cada vez más profundas en la carretera, escaleras y aceras, estas últimas en muchos puntos en mal estado; farolas a punto de caerse; ocho tipos de barandillas, la mayoría rotas y oxidadas; sin rebajes en los pasos de peatones y paradas del autobús urbano; ratas y cucarachas (esperan que la última acción acometida por el Ayuntamiento de resultado); escasez de aparcamiento; el único barrio sin parque infantil... Un buen número de signos de abandono y falta de mantenimiento que piden a gritos “una rehabilitación integral”, reivindicaron los residentes de Santa Teresa-San Esteban del Puerto.

Alzan de nuevo la voz para decir que “nosotros también somos Arrasate”, y que los problemas con los que tienen que convivir a diario “requieren de una urgente solución”. “En la ladera trasera de los últimos bloques de viviendas de San Esteban del Puerto hay una zanja de doce metros de largo y más de 1,5 metros de profundidad que está afectando al muro de contención. ¿Cuándo se van a tomar cartas en el asunto? ¿Cuándo haya una desgracia?”, advirtió Dávila durante su exposición para repasar las evidencias de un barrio cuyo estado, tal y como reiteraron, es “lamentable”.

Pusieron el foco, asimismo, en la seguridad. “El acceso de los vehículos de emergencias en la última calle es muy complicado; un camión de bomberos, por ejemplo, no podría entrar, no le daría el giro de la curva”, relató Dávila. Por último, volvieron a ponerse a disposición del Consistorio. “Queremos que se cuente con nosotros y que una parte del presupuesto municipal venga para la mejora del barrio”, sentenciaron.