os Agirre, los Muguruza y los Sáenz de Viteri constituyen las tres principales sagas de médicos que han existido en los últimos dos siglos en Eibar.

En el año 2006 la comisión Ego Ibarra del Ayuntamiento de Eibar publicó un libro que dejaba para la posteridad la trayectoria de los galenos de la familia Agirre, en 2008 editó una publicación sobre la familia Muguruza y el próximo año 2022 hará lo propio con una obra que inmortalizará la trayectoria de tres generaciones de médicos de la familia Sáenz de Viteri.

La comisión Ego Ibarra aprobó el pasado 20 de enero por unanimidad la propuesta para publicar ese tercer libro que, al igual que los dos anteriores, tendrá como base el trabajo que el filólogo eibarrés Antxon Narbaiza comenzó hace años, recabando datos de la biografía de estos médicos.

En palabras de la presidenta de Ego Ibarra, Idoya Sarasqueta, ese libro será, al fin y al cabo, “una pequeña muestra de cariño y reconocimiento de la ciudad de Eibar a unos profesionales que han ejercido su profesión con humildad, dignidad y entrega”.

Sea como fuere, la redacción de la obra que recogerá la trayectoria de los médicos Sáenz de Viteri se va a poner en marcha coincidiendo con la reciente jubilación de Alberto, el más joven de una saga que comenzó su abuelo, Isaac, y que continuó su padre, Javier.

El propio Alberto reconoció ayer a NOTICIAS DE GIPUZKOA que la publicación de ese libro le hace ilusión: “más que por mi, por el hecho de que se acuerden de mi padre y de mi abuelo”, señala el galeno, que inició su trayectoria profesional en junio de 1979 en Deba “haciendo una sustitución de seis meses al pediatra”.

En diciembre de aquel año regresó a Eibar “para trabajar como médico de Alfa”. Allí permaneció “unas dos décadas”, ejerciendo una labor que compaginó con la consulta privada que abrió en 1982 y que ha mantenido activa hasta que se jubiló el pasado 31 de diciembre. Eso sí, sin olvidar que tras su periplo en Alfa, Alberto Sáenz de Viteri trabajó “prácticamente durante otros 20 años” como médico de Orbea y el Grupo Danobat.

En cualquier caso, de toda su trayectoria profesional el hijo de Javier y nieto de Isaac se queda “con el cariño y el trato humano de toda la gente a la que he pasado consulta”; aunque no oculta que siempre ha tenido predilección por las visitas a domicilio. Según cuenta, “antes no había horarios, pero siempre me ha gustado atender a la gente en sus hogares porque es una atención mucho más íntima y que no tiene nada que ver con la de la consulta, mucho más condicionada por las citas concertadas”.

Y es que para Alberto, al igual que lo fue para su padre y su abuelo, el ejercer la profesión de médico ha sido algo “totalmente vocacional”.

En vista de que sus hijas han tomado otros caminos, parece que con él termina la saga de médicos de la familia Sáenz de Viteri. Aún así, Alberto no descarta del todo que pueda tener continuidad. Y es que “aunque todavía son muy pequeños, mis nietos me dicen que quieren ser médicos”, señala sin poder evitar una sonrisa.