- El calendario marcaba el año 1935 cuando el matrimonio formado por José Ramón Muruamendiaraz y María Bastarrika (ambos de Elosua) decidió abrir la pastelería Muruamendiaraz en uno de los locales de la calle San Frantzisko de Elgoibar. Tras una década en esa ubicación, la familia Muruamendiaraz-Bastarrika trasladó el negocio al número 34 de la calle San Bartolomé y desde noviembre de 2011 ha estado en el número 29 de esa misma calle.

Sin embargo, la emblemática pastelería elgoibartarra, que desde hace años ha hecho llegar sus productos diariamente a establecimientos de la práctica totalidad de las localidades de Debabarrena y Debagoiena, cerró "definitivamente" sus puertas el pasado domingo.

Según explica Mertxe Muruamendaraz, una de las hijas de los fundadores de la pastelería que estuvo al frente del negocio hasta su jubilación hace siete años, el cierre les ha producido "una gran pena" pero considera que era "inevitable" después de haber hecho "todo lo posible por intentar que otras personas, tanto de la propia familia como de fuera, se hicieran con las riendas de la pastelería". Mertxe explica que el último familiar que estuvo al frente del obrador, Juanjo Bastarrika, "se jubiló hace dos años y aunque desde entonces ha ayudado todo lo que ha podido a quienes tenían intención de seguir adelante con el negocio, finalmente no ha sido posible dar continuidad a la pastelería".

A juicio de Mertxe, "la gente ahora no está dispuesta al sacrificio que supone tener que trabajar todos los fines de semana y festivos como requiere un negocio de estas características" y esa ha sido una de las principales razones que han llevado a la clausura de un establecimiento histórico que, con su desaparición, deja al pueblo de Elgoibar sin la que era su última pastelería artesana y al resto de vecinos del valle del Deba sin la posibilidad de seguir disfrutando con sus inigualables productos, entre los que siempre han destacado las bombas de crema, los milhojas y las pastas. De todos modos, Mertxe Muruamendiaraz se despide de la ciudadanía elgoibartarra "muy agradecida, tanto por el gran trato que nos ha dado como por la buena acogida que ha dispensado siempre a nuestro productos".

En adelante, los elgoibartarras no podrán disfrutar degustando los buñuelos y huesos de santo que Murua preparaba para el día de Todos los Santos, ni las famosas tortas de San Blas, ni los espectaculares roscones del día de Reyes...

La trayectoria de la pastelería artesanal con más historia y reconocimiento de la localidad ha llegado a su fin tras haber endulzado en cientos de ocasiones la vida de los elgoibartarras y dejando tras de sí numerosas anécdotas.

Como aquella que ocurrió hace ya unos 40 años cuando en la pastelería recibieron un encargo de pasteles para que se los llevaran a un vecino conocido como Pacorro. "Nos equivocamos y se los llevamos al párroco, que estaba acostumbrado a recibir pasteles". Lógicamente, "se los comió", tal y como ha recordado en más de una ocasión, sonriente, la propia Mertxe Muruamendiaraz.