Elgoibar. Con 57 años recién cumplidos (su cumpleaños fue ayer), Pedro Ortuondo afronta "muy atareado pero con mucha ilusión" el programa para conmemorar los cien años de la empresa Ciaran y Estarta, considerada el embrión de la Máquina-Herramienta en Elgoibar. De hecho, Ortuondo prefiere hablar "del centenario del sector en el municipio" durante esta entrevista, en la que también departe sobre los orígenes y la evolución de un museo que dirige "con mucho cariño".

¿Cómo surge la idea de crear un Museo de la Máquina-Herramienta?

La idea se planteó hacia el año 1992, coincidiendo con la puesta en marcha del Instituto de la Máquina-Herramienta. Entonces se creó un consejo asesor del Museo en el que estábamos Patxi Aldabaldetreku, Joxe Zabala, Alberto Ortueta, José Rejo y yo mismo. Ahí empezamos a dar forma al proyecto y tras mucho trabajo, en 1997 se hicieron los estatutos y se inició la obra del edificio, que se inauguró a finales de 1998.

¿Contaban desde un principio con los recursos necesarios?

¡Qué va! Por un lado, nos sorprendió que había poquísima documentación, aunque sí conseguimos una importantísima colección de máquinas fabricadas por empresas de la comarca. Por otro, carecíamos de fondos para poner en marcha el proyecto. Por eso, tras aprobar los estatutos se creó la fundación del Museo, desde la que buscamos el respaldo de empresas, particulares e instituciones. Logramos reunir unos 60 millones de pesetas de la época, suficiente para poner en marcha el proyecto.

¿Cuáles son los objetivos del Museo?

Desde un principio el objetivo ha sido mostrar los orígenes de esta industria en Elgoibar y la comarca; esto es, mostrar nuestra historia de la forma más documentada posible.

¿Cómo ha evolucionado el Museo?

Desde su puesta en marcha ha sido objeto de importantes transformaciones y a día de hoy podemos decir que el Museo ya muestra de una forma bastante real cómo fueron los inicios de esta industria. Pero no solo en lo referente a la fabricación de Máquinas-Herramienta, sino también a las primeras transformaciones que el hombre hizo con la ayuda de las máquinas, en las herrerías... Sin olvidar que el área estelar del Museo es un taller de mecanizado.

Por norma general, ¿qué opinión se llevan los visitantes?

La mayoría de la gente sale encantada. Lo que más nos llama la atención es la cara de sorpresa que se le queda al visitante al entrar y ver el taller en funcionamiento. Es algo que le pasa a prácticamente todos los visitantes que tienen una cultura industrial porque el taller transmite unos movimientos y hasta unos olores que hacen retroceder en el tiempo.

¿Hacía dónde va el Museo?

Tenemos un patrimonio de incalculable valor y ahora el reto es documentar lo máximo posible todos los fondos; para poder transmitir los conocimientos que aportan las máquinas a través de los medios más modernos y las nuevas tecnologías.

¿El Museo tiene sus puertas abiertas a todo el mundo?

Por supuesto. De lunes a viernes se puede visitar de 8.00 a 13.00 y de 14.30 a 17.30 horas. Suelen acudir grupos de jubilados, escolares, representantes institucionales y, sobre todo, delegaciones de personas que acuden a empresas de la zona a realizar operaciones comerciales. De todos modos, si algún grupo quiere visitar el museo un fin de semana no tiene más que concertar cita llamando al teléfono 943 748 456 o escribir un email a museo@IMH.es.

Se aprecia una actividad frenética en el Museo. ¿En qué andan?

El 21 de abril de este año se cumplen 100 años de la fundación de la empresa Ciaran y Estarta, lo que puede considerarse como el centenario de la Máquina-Herramienta en Elgoibar. Y en eso estamos, con los preparativos de los actos conmemorativos que se realizarán en la localidad a partir del mes de abril.

¿Puede adelantar alguna de esas actividades conmemorativas?

En lo referente al Museo, por un lado vamos a colocar en el parque del Bolatoki seis cabinas. En cada una de ellas irá uno de los primeros modelos de máquinas fabricados por Estarta. Por otro, en el parque de los Derechos Humanos, detrás del ayuntamiento, colocaremos otras obras y elementos industriales de una época anterior como las puertas metálicas originales de la casa de cultura; yunques, tenazas y herramientas usadas por los herreros; un taladro de herrero donado por la familia Ibarluzea o un taladro de armero. Todos los elementos que se van a exponer estarán documentados, de tal manera que la gente pueda conocer su historia.

En el pueblo también se habla de unas rutas culturales...

Es verdad que estamos trabajando en preparar tres rutas distintas para que la gente pueda identificar el patrimonio industrial, religioso y de edificios civiles del pueblo; pero las características de esas rutas se darán a conocer más adelante.