n el Pleno celebrado esta semana en Usurbil, como cabía esperar, el fallido traslado de la Fundación Elkar a Zapategi acaparó gran parte de la discusión de la sesión.

Fue el principal partido de la oposición, EAJ/PNV, quien en el punto de preguntas y alegaciones puso sobre la mesa una reflexión en la que pedía al equipo de gobierno una "actitud más proactiva" y la reducción de los tiempos en los trámites administrativos.

"Creemos que es hora de reflexionar sobre cuáles son las fortalezas y debilidades del municipio de Usurbil. Nuestro Ayuntamiento debería ser una administración proactiva, colaborativa, que acompañe y no ponga obstáculos a la ejecución de los proyectos, sobre todo a la hora de obtener permisos para una actividad. Lo que está claro es que en Aduna algo han hecho mejor que en Usurbil para que finalmente la Fundación Elkar se ubique en ese municipio", sentenciaron.

Y añadieron: "En el grupo municipal de EAJ/PNV de Usurbil estamos viendo desde hace años, tanto por la experiencia que supone estar en la oposición y sobre todo por las opiniones recibidas por los ciudadanos, que muchas veces, a la hora de hacer alguna reforma, obra o proyecto, sea grande o pequeño, el Ayuntamiento resulta un obstáculo en el momento de obtener los permisos necesarios".

Según matizaron los jeltzales, esta situación se pudo dar porque el Ayuntamiento está sujeto a la legislación vigente. No obstante, recordaron que se está redactando el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Usurbil, por lo que recalcaron que "es el momento de adaptar esta normativa principal a la realidad actual, porque nos marcará el rumbo del futuro de Usurbil para los próximos años".

Asimismo, apuntaron que en este contexto es necesario hacer "un ejercicio de realismo y proyectar el futuro desde esa perspectiva". "Todos estábamos ilusionados con el proyecto de ubicar Elkar Fundazioa y Gureak, pero se ha impuesto la realidad que no es otra que en el día a día las empresas deben asegurar su rentabilidad si quieren seguir existiendo. Esto significa que las empresas deben adaptarse constantemente a las exigencias del mercado y a las nuevas circunstancias", señalaron. Y concluyeron: "Las exigencias particulares de un Ayuntamiento pueden tener buenas intenciones, pero también nos puede llevar a no ejecutar un proyecto, sobre todo si en los municipios que tenemos cerca hay mejores condiciones o si los trámites son más rápidos".

Por su parte, el equipo de gobierno de EH Bildu convino con los jeltzales en que los trámites administrativos suelen ser más largos de lo deseado.

No obstante, señaló que si Elkar había decidido no instalarse en Usurbil, no había sido por una mala gestión, sino porque cuando faltaban los últimos pasos para poner en marcha el proyecto llegó la pandemia de la COVID-19.

Por último, reprocharon al PNV que hiciera público el desestimiento del Elkar en los medios de comunicación, en vez de pedir explicaciones en la Comisión de Urbanismo de diciembre en la que se trató el tema y a la que no acudió ningún concejal jeltzale.

El Gobierno local aseguró que siguen en contacto con Gureak y con Elkar, ya que el proyecto inicial se tiene que reformular y adaptar a una realidad más sobria.