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La música se viste de reconocimiento en Oñati por Santa Cecilia

Antonia Gómez y Eduardo Korkostegi serán distinguidos este domingo por su aportación y dedicación a los coros parroquiales

La música se viste de reconocimiento en Oñati por Santa CeciliaI.Irizar

La música toma el centro de la escena esta semana con la festividad de Santa Cecilia, el 22 de noviembre. Un día más tarde, el domingo, Oñati vivirá su homenaje tras la misa del mediodía en la iglesia de los Agustinos. Será un momento especial: por primera vez se entregarán unas placas de agradecimiento a dos personas que han contribuido durante décadas a sostener 'la banda sonora' espiritual del pueblo. Los protagonistas serán Antonia Gómez Ruiz de Vergara y Eduardo Korkostegi Urcelay, dos voces veteranas de los coros parroquiales que ponen música a misas, funerales y celebraciones litúrgicas.

Antonia lleva 40 años cantando, desde el día en que, junto a otras tres mujeres –ella la de mayor edad– decidió formar un grupo coral femenino. Eduardo, por su parte, acumula 65 años de trayectoria: empezó siendo un niño, un tiple que apenas alcanzaba el banco del coro, y hoy mantiene la misma constancia que siempre, siendo el integrante de mayor recorrido dentro de la formación masculina, compuesta por voces jubiladas.

Ellos son el punto de partida de este reconocimiento. Dos vidas entrelazadas por un mismo compromiso: estar siempre ahí, cantando cuando se les necesita, tanto en las misas como en los funerales que requieren consuelo y serenidad. Esta dedicación, junto con la de sus compañeras y compañeros, es la columna vertebral de la música parroquial, que arropa con sus cantos cada celebración.

Misa, placas y comida en Txopekua

Por eso, este año, con motivo de Santa Cecilia, el día 23 tras la misa de las doce, el párroco Horacio Argarate entregará a Antonia y a Eduardo las placas con las que se les quiere reconocer públicamente una labor que siempre han realizado desde la discreción. Después, aprovechando la jornada en honor a la patrona de los músicos, cantores y cantoras disfrutarán de una comida en el restaurante Txopekua.

Los dos coros parroquiales de Oñati –el femenino, formado por 12 mujeres (todas jubiladas salvo dos), y el masculino, que reúne en sus filas a 24 hombres– llevan a cabo entre 180 y 200 actuaciones al año, según informan desde ambas agrupaciones. Lo hacen de manera voluntaria, acompañando con su canto los oficios y los momentos del último adiós a familiares y amigos. 

Bajo la batuta de Ibarrondo

El coro femenino trabaja en equipo, guiándose unas a otras con la familiaridad de quien conoce cada rincón de la casa, y participa principalmente en la misa de los domingos, así como en algunos funerales y días especiales junto con el masculino. Este último, dirigido por Iñaxio Ibarrondo, interviene en todas las despedidas a los seres queridos y en las vísperas de fiesta. En la iglesia, cuando empastan sus voces, Ibarrondo lleva la batuta, marcando entradas, pulsos y respiraciones, logrando la armonía que llena de música los instantes más significativos de la vida parroquial. 

En adelante más

Con esta generosa aportación se tendrá un bonito gesto que se estrena con Antonia y Eduardo: recibirán el abrazo que durante años han ofrecido a los demás con su voz, y que en adelante servirá para poner en valor la entrega de otras y otros miembros del coro.