El cine en Eibar se disfruta en formato pequeño
El Teatro Coliseo acogerá la proyección de más de medio centenar de películas en el Festival de Cortometrajes Asier Errasti que va a tener lugar en la villa armera entre el 3 y el 8 de noviembre
Los amantes del cine y, en especial, de los cortometrajes tienen una cita en Eibar a partir de mañana, lunes 3 de noviembre.
La localidad servirá de marco al XXVI Festival de Cortometrajes Asier Errasti-Premio Javier Aguirresarobe, organizado por Plano Corto en colaboración con el Ayuntamiento de la villa armera.
Cita en el Teatro Coliseo
El teatro Coliseo volverá a ser el escenario de un ciclo que, desde su humildad, ha pasado a ser un referente del cine en formato corto en Euskadi.
Las sesiones se celebrarán de lunes a viernes a las 19.30 horas y, como es habitual, la entrada será gratuita. La gala de clausura y entrega de premios tendrá lugar el sábado 8 de noviembre, también a las 19.30 horas.
Durante su desarrollo, el público podrá disfrutar de una variada programación que incluye más de medio centenar de cortometrajes, seleccionados entre los 208 trabajos presentados a concurso este año.
Dos horas y 10 películas
Cada sesión ofrecerá entre 10 y 11 películas de diferentes géneros —drama, comedia, documental o animación— con duraciones que oscilan entre los tres y los veinte minutos, hasta sumar un total de unas dos horas.
“Si alguna de las película no te gusta, siempre sabes que en pocos minutos llegará la siguiente”, comentan con humor desde la organización.
Más de un cuarto de siglo
El festival surgió hace más de un cuarto de siglo gracias al entusiasmo de un grupo de aficionados al cine liderados por Asier Errasti y José Miguel Calle, entonces jefe de la Policía Municipal de la villa armera.
Calle, además de su labor profesional, era un apasionado del séptimo arte y asumió la dirección del certamen tras el fallecimiento de Errasti en el año 2000.
Mantuvo el proyecto durante muchos años hasta su jubilación. En la actualidad, la dirección recae en Óscar López, quien coordina un equipo de seis personas que trabajan de forma voluntaria para mantener vivo el espíritu de un festival que ha sabido crecer sin perder su esencia.
“Somos un festival modesto, quizá uno de los más pequeños de España, pero eso no significa que la calidad de lo que proyectamos sea menor”, aseguran desde Plano Corto.
Una organización casi en familia
La colaboración entre Plano Corto y el Ayuntamiento de Eibar ha permitido consolidar el proyecto y mantener su carácter cercano y participativo.
De hecho, buena parte de las reuniones del equipo se celebran en la casa de Óscar López, lo que refrenda el carácter casi familiar del festival.
“Hacemos esto porque nos gusta el cine, porque creemos en el corto como formato y porque seguimos disfrutando al descubrir nuevos creadores”, explican.
El difícil camino para llegar al público
El espíritu y el compromiso de los miembros de Plano Corto sirve de soporte a un medio de creación artística que tiene que superar una ingente cantidad de trabas para llegar al gran público.
“Siempre se ha dicho que el corto es el hermano pequeño del largometraje, pero no es una buena comparación”, señala uno de los organizadores. “El hermano pequeño suele ser el mimado, y este no es el caso. El cortometraje tiene que trabajar mucho más, sobre todo porque no cuenta con una red de distribución comercial”.
La aparición de Internet y las plataformas digitales han abierto nuevas vías de difusión al cortometraje, pero todavía resultan insuficientes.
“Sigue siendo en los festivales donde los cortos encuentran su verdadero público. Es el único circuito estable que tienen”, añaden.
Directores noveles y consagrados
En este sentido, no es de extrañar que el festival que organiza Plano Corto sea un escaparate vital para realizadores jóvenes y escuelas de cine que quieren mostrar su obra.
e hecho, muchos de los cortos que se proyectan provienen de trabajos de fin de carrera o de proyectos realizados por productores y aficionados que encuentran en el festival su primer espacio de exhibición.
Sin embargo, la pantalla del Coliseo ha permitido disfrutar también de trabajos de directores que luego han desarrollado brillantes carreras profesionales, como Rodrigo Sorogoyen, que participó en el festival de Eibar con “Madre”.
Este año tampoco van a faltar los nombres de prestigio, como Javier Fesser y Eduard Fernández, que participan en el festival con sendos cortometrajes.
Una calidad en auge
Uno de los aspectos que más destacan los organizadores es la evolución técnica de las producciones que reciben cada año.
“El nivel ha subido una barbaridad. Hace veinte años podías encontrarte con trabajos mal iluminados o con sonido deficiente. Hoy eso es casi imposible. Todas las películas tienen un nivel medio más que aceptable”.
Lo que se podría denominar como la democratización tecnológica ha sido clave en ese apartado.
“Rodar en 16 milímetros era caro y cada toma costaba dinero. Ahora, con una cámara digital y un buen ordenador, cualquiera puede conseguir imágenes de gran calidad. Puedes repetir las tomas todas las veces que quieras y almacenarlas sin problema. Eso ha hecho que cada vez más gente se anime a hacer cortos”, apuntan desde Plano Corto.
La música también ha cobrado un papel relevante en los últimos años. Muchos de los cortometrajes incorporan bandas sonoras originales compuestas por jóvenes músicos que utilizan el formato para dar a conocer su trabajo, lo que redunda en la calidad final del producto.
Escenario y premios
El traslado de las proyecciones al Teatro Coliseo ha supuesto también un salto cualitativo respecto a las ediciones que se celebraban en Portalea.
“Pese la diferencia de tamaño y presupuesto, en un festival importante no vas a ver las películas mejor que como las verás en Eibar”, afirman los organizadores del encuentro, convencidos de la calidad de imagen y sonido de la sala de proyecciones que acoge al festival .
Con todos estos mimbres, el éxito del festival está garantizado. Solo queda disfrutar de las películas y esperar a conocer quiénes se harán con los premios de los que consta.
El ganador se hará acreedor a un premio de 700 euros, mientras que el segundo clasificado recibirá 500 euros. Además, se otorgarán los premios a la mejor película en euskera (700 euros), a la mejor película de animación (700 euros) y a la mejor película de un autor local (200 euros). A estos reconocimientos se les sumará el Premio Especial EITB, dotado con 700 euros.
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