El Ayuntamiento de Bergara iniciará a finales de octubre las obras correspondientes a la tercera fase de la estabilización de la ladera del barrio de Bolu, centradas en la zona este, donde aún persisten inestabilidades detectadas tras los desprendimientos de 2017 y 2021. Los trabajos, adjudicados a la empresa Zubieder S.L. por 536.200 euros, forman parte de una intervención integral para reforzar la seguridad de las viviendas e infraestructuras situadas al pie del talud.
Esta nueva fase ha sido diseñada por la ingeniería Sestra, a partir de los estudios geotécnicos elaborados por Inge, y da continuidad a las actuaciones acometidas en fases anteriores. En concreto, se abordarán los puntos más vulnerables de la ladera este, donde el terreno presenta signos de deslizamiento activo tras episodios de lluvias intensas, con presencia de surgencias de agua y escarpes inestables.
Pantalla dinámica de 120 metros de longitud y 3,5 de alto
El plan contempla la instalación de una pantalla dinámica de 120 metros de longitud y 3,5 metros de altura para contener deslizamientos superficiales, la construcción de una plataforma de acceso y soporte, el refuerzo de taludes mediante escolleras de hormigón, la demolición de la chabola con cubierta de fibrocemento situada en la entrada, y la mejora del drenaje del bidegorri, además del perfilado del terreno. El plazo de ejecución es de cinco meses, de manera que si todo marcha sin contratiempos, las obras concluirán a finales de marzo.
Un proyecto iniciado tras los desprendimientos de 2017 y 2021
La estabilización de la ladera de Bolu comenzó tras el primer gran desprendimiento registrado en enero de 2017, que obligó al desalojo de 21 viviendas. Posteriormente, en diciembre de 2021, se produjo un segundo corrimiento de tierras, que también afectó a varias viviendas y motivó su desocupación preventiva.
En respuesta, el Consistorio encargó a Inge la elaboración de diversos estudios geológico-geotécnicos y, a partir de ellos, a Sestra la redacción del proyecto de estabilización en tres fases. La primera fase se ejecutó en 2019 y la segunda en enero de 2023, centrada en la zona oeste de la ladera, donde las medidas aplicadas, según se señala en el último informe técnico de Inge, fechado en junio de 2024, han reducido de forma significativa “la vulnerabilidad del terreno, gracias a los sistema de mitigaciones de riesgos instalados”.
Persisten riesgos en la zona este
De acuerdo al mismo informe, la zona este presenta una estructura de antiguo deslizamiento “dormido” de aproximadamente 200 metros de longitud y 30 metros de anchura, con un espesor inferior a cuatro metros. En este sector, el terreno no ha mostrado "cambios significativos" desde los estudios anteriores, a excepción de pequeñas evoluciones en las inestabilidades ya identificadas, sobre todo en los taludes cercanos al bidegorri.
Se han identificado varias surgencias activas en la base del desmonte, responsables de la pérdida de cohesión del terreno en épocas de lluvias intensas. Por ello, se propone la instalación de una pantalla flexible entre las cotas +210-208 metros, compatible con la pantalla ya construida en la fase anterior, para asegurar una transición continua y evitar nuevas caídas de material .
Inversión total de 1,5 millones de euros
Con esta tercera fase, el Ayuntamiento culmina el plan de estabilización de la ladera, cuya inversión total de 1,5 millones de euros. “Las obras tienen como fin garantizar la protección de las viviendas y las infraestructuras, reduciendo considerablemente el riesgo de nuevos desprendimientos”, concluyen los responsables municipales.