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Un mastín siembra el miedo en la cima de Karakate al atacar a dos montañeros de Elgoibar

“Avanzaba hacia atrás, protegiéndome con los bastones, gritando y pidiendo ayuda, pero no dejaba de ladrar ni de abalanzarse sobre mí. Caí al suelo, me pegué un enorme golpe y en ese momento me temí lo peor”, recuerda una de las víctimas del ataque

Un mastín siembra el miedo en la cima de Karakate al atacar a dos montañeros de ElgoibarAitor

Dos vecinos de Elgoibar sufrieron el ataque de un mastín la mañana del domingo en la cima de Karakate.

Los ataques se produjeron en momentos diferentes y, como consecuencia de ello, uno de los montañeros sufrió contusiones al caerse mientras trataba de defenderse del animal. 

Uno de los afectados por el ataque ha puesto una denuncia en el Juzgado de Bergara con el fin de que se adopten las medidas necesarias para que se ponga fin a esta situación.

El otro vecino atacado por el mastín no ha decidido aún qué va a hacer, pero en lo que ambos coinciden es en que vivieron momentos de auténtico pavor en los que llegaron a temer por su vida.

Los dos acostumbran a subir de manera habitual a Karakate. Se trata de una cima que pertenece al término municipal de Soraluze pero que constituye el punto de encuentro de muchos montañeros de Elgoibar.

Gritos de ayuda

Al igual que otros muchos días, estos dos elgoibartarras se calzaron las botas para subir a Karakate, pero lo que no podían imaginar es que iban a vivir uno de los peores momentos de sus vidas.

”Estaba llegando a Karakate cuando sentí algo a mi espalda. Me giré y me encontré con un perro enorme a menos de medio metro. Me sobresalté y me empezó a ladrar y a acosarme. Avanzaba hacia atrás, gritando y pidiendo ayuda, protegiéndome con los bastones, pero el perro no dejaba de ladrar ni de abalanzarse sobre mí. Caí al suelo. Me pegué un enorme golpe y en ese momento me temí lo peor”.

Afortunadamente, cuando se levantó, el ataque del perro bajó en intensidad.

“Pude ponerme en pie. Empecé a caminar hacia la zona del aparcamiento sin perder de vista al mastín, que no dejaba de seguirme y de ladrar. Pero en un momento dado, paró de ladrar y se dio la vuelta”.

Denuncia en el Juzgado de Bergara

La experiencia ha hecho que pase en vela prácticamente toda la noche del domingo al lunes, recordando los complicados momentos que vivió en Karakate.

De hecho, teme que se vuelvan a producir casos de este tipo si no se toman medidas, y este lunes se ha personado en el Juzgado de Bergara para denunciar el caso y buscar soluciones para impedir que situaciones de este tipo tengan lugar de nuevo.

Minutos después de este primer ataque, otro montañero elgoibartarra vivió una situación similar.

En este caso, había llegado a Karakate y estaba comenzando el descenso hacia Elgoibar.

No había recorrido más de 50 metros cuando se encontró al mastín en su camino. “Cuando me vio, empezó a ladrarme y a acercarse a mí. El sendero en el que estaba es estrecho y no tenía otra opción que recular, pero el mastín estaba cada vez más cerca, y no paraba de ladrar”.

Imagen aterradora

Un día después recuerda con un escalofrío al enorme animal con las fauces abiertas, ladrando con rabia mientras le mostraba sus amenazadores dientes y la baba le caía de la boca.

”Fue aterrador. Lo tenía encima y no sabía qué hacer. Mi única idea era caminar hacia atrás, no perderle la cara. Tengo entendido que si les das la espalda te pueden atacar porque te ven como una presa”. 

Sin embargo, esta estrategia no surtió el efecto esperado. “El mastín estaba cada vez más nervioso y yo igual. Empecé a gritar pidiendo ayuda porque lo tenía encima. A toro pasado, dicen que es algo que no hay que hacer, porque provoca que el animal se altere más. No es fácil mantener la compostura en una situación así. Todavía escucho sus ladridos y veo su cabeza y sus dientes a menos de un metro de mí”. 

La situación pareció empeorar cuando, al igual que en el caso anterior, el montañero tropezó y cayó al suelo, con el animal ladrando sin parar a un metro de él.

“Ahí sí que lo vi mal. Estaba a su merced, pero cuando me levanté dejó de ladrar y pude alejarme de él”.

Renunciar a Karakate

Ambos montañeros tenían todavía el susto metido en el cuerpo 24 horas después, hasta el punto que se están planteando dejar de subir a Karakate en una temporada

“Pensar en volver a Karakate y encontrarme con ese perro me da miedo, la verdad. Son animales grandes y no pueden estar sueltos sin el dueño, y menos en un lugar tan transitado por la gente como Karakate”, comentó uno de ellos. 

Otros casos

Según han podido saber los montañeros atacados por el perro, son dos los mastines que suelen estar sueltos en la zona de Karakate sin la supervisión de su dueño.

También les han comentado que no se trata de la primera ocasión en la que protagonizan un suceso de este tipo.

“No son animales que estén cuidando ningún rebaño. Deben estar en una pequeña borda y cada cierto tiempo su dueño los suelta. Creemos que es un riesgo y que algún día vamos a lamentar una desgracia si no se toman medidas para poner freno a esta situación”.