Con asiduidad se suele hablar de la valentía del deportista. Del valor de aquel futbolista que disputa más de un partido a la semana, del jugador de baloncesto que no teme a saltar a pesar de que pueda caer, o del ciclista incombustible que día tras día se deja el corazón para llegar al alma de los aficionados. Sin embargo, del recortador que se pone en frente de una vaca para meterle la anilla en su cuerno afilado, se habla menos, mucho menos.
Xabier Iturralde (Azpeitia 2000) es un recortador de anillas que cada vez que sale a la plaza de toros se enfrenta a una vaca de 300 kilogramos, y meterle una anilla a un astado como ese es muy difícil. Pero como relata en una entrevista a este periódico Iturralde, también es muy “adictivo”.
Fue en la plaza de toros de su pueblo donde Iturralde comenzó a hacer sus primeros recortes, enganchándose al arte de esquivar al animal. Poco a poco, recorte a recorte, fue haciendo su propio camino, sin "nunca" imaginar lo lejos que llegaría, ya que ha sido campeón de España dos años consecutivos, en 2023 y en 2024. Fue a los quince años se inició en sus primeros concursos de recortadores, cuando ingresó en la escuela de Bergara.
Aunque él no se diera cuenta, sus dotes de recortador no pasaron desapercibidos. De pronto le llegó una llamada del también recortador Ander Lizarralde, quién le ofreció ser su compañero en los concursos con anillas, una oferta que Iturralde no pudo rechazar
Inicio en las anillas
En 2021 entró en el circuito de las anillas. Junto al villabonatarra Lizarralde, disputó las temporadas de 2021, 2022, y 2023, sus tres primeras en el mundo del recorte con anillas. En su tercera participación ganó el campeonato de España que se celebra en en la plaza de La Misericordia de Zaragoza, la "catedral de las plazas", la favorita del azpeitiarra, por la "energía inexplicable" que se vive ahí.
Después de estar tres temporadas juntos, los caminos de Lizarralde e Iturralde se separaron. Fue entonces cuando conoció al valenciano Javier Soler "Magín", hijo del mítico recortador Juan Soler "Magín". El destino unió a dos prometedores recortadores, quienes ganaron el campeonato de España la temporada pasada, la primera que disputaban juntos, ante la sorpresa de todos los que acudieron a la plaza de Zaragoza.
La esencia del recortador
Aquella vez en Zaragoza lograron meter cinco anillas en los cuernos de la vaca, pero hay veces en las que no se consigue meter ni una. La vaca, a la que Iturralde tanto ama, es capaz de dar los mejores momentos al recortador, como también los peores. Como cuenta el azpeitiarra, es un animal "noble", al cual hay que respetar y no cansarle en exceso, porque si se le da muchas vueltas la vaca no sabe ni donde está.
Pero el peligro siempre está ahí y el riesgo de muerte también. Así sucedió con el padre de Javier Soler Magín, actual compañero de Iturralde. Fue un mítico recortador del pueblo valenciano Canet D´en Berenguer, lugar con mucho arraigo a las vacas, conocidas allí como Bous al carrer. Corría el año 2012, eran las fiestas de Sant Pere, las fiestas del pueblo, y aquel fatídico día se disputaron los bous al carrer. Juan Soler participaba como recortador, cuando intentó guardar al último toro, éste fue hacia él y le propinó varias cornadas, las cuales le provocaron la muerte.
Pero la semilla vive. Javier Soler, hijo de Magín y actual compañero de Iturralde, obtuvo con el azpeitiarra la épica victoria del año pasado en el campeonato nacional de España, y ambos celebraron el título de una forma muy especial, con la gran emoción y dedicatoria al padre del valenciano, que seguro lo estaría viendo desde arriba.
El amor al arte
A pesar de ese riesgo, Iturralde sale cada campeonato a la plaza. Ama al animal, ama la plaza, ama el arte del recorte. Desde que aquel niño corría en la plaza de Azpeitia, sentía que algo dentro se le movía. Ni él mismo sabe explicarlo, pero lo que sí sabe es que meter la anilla en el cuerno de la vaca, como recalca, es "adictivo". Pero lo adictivo no quita lo difícil. Al enumerar las cualidades que necesita un buen recortador, Iturralde casi pierde la cuenta. Iturralde tiene tal amor a la vaca, que cuando es preguntado por un consejo para las generaciones venideras, apela al "amor al animal". En ocasiones el animal ha dado su actuación y necesita un respiro, pero la gente no siempre se da cuenta: "uno tiene que disfrutar recortando, pero la base de todo es el toro, la vaca, el animal".
Es por esto por lo que Iturralde se dedica a este deporte. Desde que era un niño, hasta el día de hoy. Afortunadamente, tiene un entorno que le apoya. Cuando lo ven disputar, lo sufren, pero saben que es su pasión. Saben que es su locura. Saben que va cinco horas en coche para correr tres minutos y volver. Sabe que es difícil de entender. Pero es su locura.