Paletas de colores, caballetes, pinceles en ristre… dominan la escena. La creatividad se convierte en la compañera de viaje, mientras dejan que las manos fluyan sobre el lienzo. Las y los artistas que transforman sus ideas en arte entre las cuatro paredes del número 22 de la calle Bidebarrieta han traspasado las puertas del local para captar la atención del público a pie de calle. Las obras alumbradas por los miembros de Oñatiko Margo Taldea (OMT) se exhiben durante estos días en pequeños 'museos': los escaparates de 35 comercios muestran el lenguaje plástico, a través de distintas temáticas y representaciones.
Es el cuarto año que llevan a cabo esta iniciativa con el objetivo de socializar el trabajo que realizan en los cursos de pintura. Una forma mucho más accesible y cercana de acercarse al público. “Estamos muy contentos con la respuesta que recibimos y es, por ello, que repetimos la experiencia”, cuenta el presidente de OMT, Javier Ugarte. En primavera sacan sus obras al exterior y en octubre, en el marco de los sanmigeles, “exponemos en Kultur Etxea junto con los trabajos que se presentan al concurso de pintura al aire libre que organizamos”, señala Ugarte.
Paisajes, flores, edificios, retratos… Una amalgama de colores, formas y técnicas, entre las que predominan el óleo y el acrílico, visten de pinturas las cristaleras de establecimientos comerciales transformados por unos días en galerías de arte. La particular mirada artística de cada firma distingue los cuadros que protagonizan esta muestra hasta el 20 de mayo.
En dos grupos, los lunes y martes
Repartidos en dos grupos, los lunes y los martes dedican unas horas a la pintura como 'hobby', a las órdenes de la aretxabaletarra Ainhoa Cabero. En muchos casos se iniciaron en la disciplina desde cero; por curiosidad, para ocupar el tiempo libre en la jubilación o desconectar de la rutina laboral. Con el tiempo han ido descubriendo sus dotes artísticas, y adquiriendo soltura y destreza gracias a la ilusión y el esfuerzo vertido en aquello que realmente despierta interés. Que gusta. Explorando nuevos caminos que permiten desarrollar una marca propia de expresión artística.
Veteranía y nuevas incorporaciones
A sus 91 años, Tere Zubia es toda una habilidosa del pincel. Hace más de dos décadas que asiste al curso. “Cuando empecé no sabía dibujar, no nos enseñaron en la escuela. Trabajé detrás del mostrador 50 años y al enviudar se me caía el cielo encima. No quería quedarme en casa y mis hijos me animaron a aprender el manejo de internet y, a su vez, comencé a pintar”, explica. Es de las veteranas del grupo, junto a otras como Rosarito Oñate y Esther Moyua, que también se animaron a experimentar con las artes plásticas.
Puy Gorritxo, por su parte, ha tenido que dejar pasar algo de tiempo para encontrar su espacio. “He estado cinco-seis años pensando que me bajaba del carro porque no avanzaba, y ahora estoy enganchada. Pinto en la piscina, en la cama…”, bromea, desatando las risas de sus compañeras. La arrasatearra afincada en Oñati, Marijo Iñarra, precisa que “cada uno vamos a nuestro ritmo”, e Inma Graña asegura que buscaba “una cosa que nunca antes había hecho y me ha sorprendido gratamente”.
Graña se ha apuntado esta temporada, al igual que Eneritz Irusta. “Mi idea era hacer algo de manualidades y acabé aquí”, relata Irusta, que reconoce que dejar volar la creatividad “me ayuda a desconectar”; algo que corrobora Olatz Martínez de Zuazo, otra de las nuevas incorporaciones.
"La disposición es absoluta"
El curso arranca en noviembre y hasta enero se imparte dentro del programa organizado por el Ayuntamiento. A partir de febrero y hasta mayo, Oñatiko Margo Taldea se encarga de prolongar las clases, que desde principios de 2025 capitanea Cabero. Sobre sus discípulos, la profesora destaca “las tremendas ganas que demuestran por aprender”. “La disposición es absoluta y como recién llegada que estoy, como quien dice, es muy alentador. Les estoy muy agradecida por la acogida que me han hecho”, manifiesta.
De los 25 socios y socias de OMT, 17 exponen sus creaciones en los escaparates. Un maridaje de cultura y comercio, que invitan a seguir degustando en los próximos diez días.