El cura Antonio Amundarain (Elduain, 1885) fundó la institución secular Alianza en Jesús por María hace 100 años. Dicha institución estaba formada por monjas que vivían fuera de convento, mezcladas con el resto de la sociedad. El objetivo era que esas mujeres vivieran con humildad y austeridad, de manera que fueran un ejemplo a seguir. Dicha institución llegó a tener más de 3.500 miembros, repartidas por Europa y América. Con motivo del centenario de su fundación, un grupo de 150 personas está visitando estos días Gipuzkoa. Hoy han estado en Arantzazu y Zumarraga, mañana irán a Donostia y el domingo a Elduain. Amundarain tuvo una relación estrecha con los mencionados lugares. 

Los miembros de la Alianza y familiares de Amundarain que visitaron Zumarraga el viernes, en la ermita de La Antigua. Asier Zaldua

En lo que respecta a Zumarraga, vivió en la localidad de Urola Garaia en dos épocas de su vida. En la primera fue capellán del asilo de las mercedarias y en la segunda párroco de la localidad. Fue él quien puso en marcha la novena de La Antigua (todavía hoy cientos de personas suben a La Antigua a las seis de la mañana los días previos al 2 de julio) y compuso la canción 'Agur Antiguako Ama', muy querida por los zumarragarras. Amundarain es el autor también de las muy populares 'Sakramentuan gorderik' y 'Ostian bizi zera'.

Castellano, latín, matemáticas y cultura general

Amundarain fue el tercer hijo de Teresa Garmendia, tercera esposa de Juan Bautista Amundarain (las dos primeras murieron). Tuvo ocho hermanos en total: cuatro de las dos primeras esposas de su padre y otros cuatro de la tercera.

Con 10 años ya echaba una mano en la iglesia de Elduain. Su padre quiso enviarlo a América (su hermano mayor había ido allí para no tener que hacer el servicio militar), pero su madre se negó: lo enviaron a Baliarrain, a aprender castellano, latín, matemáticas y cultura general. Pasó tres años allí. Trabajaba lavando ropa y cortando pelo para pagar los estudios y la estancia.

Con 16 años, fue al seminario de Gasteiz. Sacaba fotos para pagar el préstamo a su tío Pedro Gabirondo. En 1909 fue ordenado sacerdote y celebró su primera misa en Arantzazu, acompañado por su hermano Miguel y su tío Pedro. Miguel era franciscano. Sus primeros destinos fueron Baroja y Zumentu, en Araba. Su segundo destino fue Zumarraga. Vino en 1911, para ser el capellán del asilo de las mercedarias. En 1912 falleció su padre y su madre y su hermano Josemari vinieron a Zumarraga.

En los años que estuvo en las mercedarias sacó adelante varios proyectos: escribió un libro sobre el asilo de las mercedarias, en 1951 abrió el noviciado, puso en marcha un grupo de teatro y escribió varias obras...

Coadjutor de la parroquia de San Ignacio de Gros

En 1919 les destinaron a la basílica de Santa María, en Donostia, como coadjutor. Allí instauró una serie de reuniones con las catequistas, en las que les hablaba de la importancia de la pureza y de llevar una vida ejemplar, lejos de la frivolidad de la sociedad donostiarra. Viendo que muchas mujeres que pasaban por su confesionario terminaban en un convento, le surgió la idea de crear un grupo de mujeres que vivieran en la sencillez, con humildad y pureza, pero en la calle, dando ejemplo en sus lugares de trabajo. La puso en marcha en 1925. Aquel año fue nombrado coadjutor de la parroquia de San Ignacio de Gros.

Sufría de los pulmones y en 1929 fue enviado a Burgos. Aquel mismo año, el 23 de octubre, fue nombrado párroco de Zumarraga. Para entonces, su madre, su hermano Josemari, la mujer de este (Jakoba) y sus cuatro hijos vivían en Zumarraga.

Aparición de la Virgen

En 1929 puso en marcha la novena de La Antigua. En 1931 ocurrió algo que marcó su vida: dos niños de Ezkio dijeron que se les había aparecido la Virgen. Tras ellos, muchas más personas manifestaron haber visto a la Virgen. Ezkio se convirtió en lugar de peregrinación y en los siguientes meses fueron más de un millón las personas que pasaron por allí. Eran tiempos convulsos y la República y la Iglesia se temían mutuamente. Amundarain pidió respeto para la primera aparición y denunció los ataques de la República. Al poco, la manipulación política y la falsedad de algunas apariciones quedó en evidencia y la Iglesia dio la espalda a las apariciones de Ezkio.

En 1932 tuvo problemas de salud y fue a Arantzazu a recuperarse. El obispo Mateo Mujika le pidió que fuera a Donostia y se encargara de la Alianza, que para entonces tenía más de 2.000 miembros. En 1937 le ofrecieron la capellanía del convento de Santa Teresa de Donostia. En 1946 decidieron trasladar la sede central de la Alianza a Madrid y se trasladó allí. En 1950 el Vaticano reconoce a la Alianza como instituto secular. En 1954, su salud empeoró y falleció. En 1996 Juan Pablo II lo nombró venerable y está en proceso de beatificación.